Muere el novelista británico Martin Amis a los 73 años
El escritor es conocido por novelas como 'El libro de Rachel', además de frecuentar los ensayos literarios
Madrid
El novelista británico Martin Amis ha fallecido el pasado viernes a los 73 años de edad debido a un cáncer de esófago en su casa de Lake Worth en Florida, Estados Unidos, según ha informado su pareja, Isabel Fonseca. La prensa británica ha descrito al autor de novelas como 'Dinero' o 'Campos de Londres' como "definidor de una era".
Su muerte ocurre un día después de la proyección en el Festival de Cannes de "The Zone of Interest", del director Jonathan Glazer, adaptación cinematográfica del libro homónimo (La zona de interés) del británico publicado en 2014 y que se perfila ya como seria aspirante a la Palma de Oro del festival.
Amis pertenecía a una reconocible generación de escritores británicos que incluye también a Salman Rushdie, Ian McEwan o Julian Barnes, claves para entender la literatura británica de la década de 1980. En 1984 publicó 'Dinero', considerada una de las 100 mejores novelas en inglés por el crítico de 'The Guardian' Robert McCrum, quien destacó que la obra "define una época y sigue siendo una de las novelas dominantes de los 80".
Amis nació en 1949 en Oxford y se formó en Reino Unido, España y Estados Unidos, aunque cursó estudios universitarios de vuelta en Oxford en la Universidad de Exeter, donde se graduó con honores en Filología Inglesa. El autor atribuyó su interés en la literatura a su madrastra, la novelista Elizabeth Jane Howard. Su padre, Kingsley Amis, también era novelista.
Su primera novela se publicó en 1973, 'El libro de Rachel', cuando trabajaba como ayudante de edición en el suplemento literario de 'The Times'. La obra ganó al año siguiente el premio Somerset Maugham. Le siguieron novelas como 'Dead Babies', 'Éxito' o 'La flecha del tiempo'.
Destacan también sus memorias, 'Experiencia', publicadas en 2000 o 'Koba el temible', un ensayo sobre el Terror de Iósif Stalin al frente de la URSS. Entre sus polémicas figuran las acusaciones de islamofobia tras decir que "los musulmanes deberían poner su casa en orden" o su defensa de las "cabinas" de suicidio en las calles para afrontar el envejecimiento de la población británica.