El racismo nuestro de cada día
No es que nuestra Constitución tenga un artículo que dice: "Los negros, los moros y los chinos son ciudadanos de segunda". No, no hay nada de eso. Y en el fútbol tampoco. Pero a Vinicius le siguen llamando mono
El racismo nuestro de cada día
Madrid
¿Y si resulta que no son sólo cuatro descerebrados? ¿Y si la cosa va más allá de los estadios de fútbol? A lo mejor tenemos que hablar claro, ¿no? hoy, que la gran noticia del día son los insultos racistas contra Vinicius, todas las reacciones que han provocado y la investigación que ya ha abierto la justicia… pues igual no estaría mal que nos mirásemos al espejo. Y no rasgarnos las vestiduras si concluimos que el racismo, efectivamente, forma parte de nuestro paisaje. Es que resulta imposible que no sea así. Llevamos siglos de supremacismo blanco, en la historia, en la educación, en la cultura, en la economía, en todo. claro, tú dices esto y mucha gente se cabrea, o se incomoda. Hoy mismo ya han salido voces de la política, estamos en plena campaña electoral, diciendo: "No, no, España no es un país racista".
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Pues claro que no. No es que nuestra Constitución tenga un artículo que dice: "Los negros, los moros y los chinos son ciudadanos de segunda". No, no hay nada de eso. Y en el fútbol tampoco. Pero a Vinicius le siguen llamando mono, la policía identifica mucha más gente en la calle si tiene rasgos árabes, o latinos, o es negra, que no si es blanca; los trabajos más penosos, los peor pagados o los episodios de explotación más bestias se dan, casi siempre, con migrantes, muchos de ellos africanos; e incluso el otro día escuchamos a una estrella de la televisión hablar del barrio madrileño de usera como "Chinatown". seamos honestos: pues claro que hay racismo en España, como en casi todas partes. Se trata de combatirlo, pero el primer paso es admitir que existe y luego ya cada uno pues ya se comportará como crea que debe hacerlo.
Lucía Mbomío explica cómo el racismo está diseñado intrinsecamente en la sociedad