Hay que ser antirracista y demostrarlo

Madrid

Estudiar el cerebro para entender a los seres humanos es como estudiar la tinta para entender la literatura, decía un ensayista norteamericano. Aun así, poco a poco se va entendiendo mejor cómo funciona el cerebro y se consiguen algunos avances para entender qué les pasa a los seres humanos. Esta semana, por ejemplo, investigadores británicos han anunciado que ya han descifrado la actividad cerebral que corresponde a un dolor crónico. Una buena noticia. Se agradece de vez en cuando. Quizás algún día se pueda saber por qué personas que, una a una, piensan que el racismo es una vergüenza, se ponen como locos a gritar e insultar a un jugador negro de un equipo rival. ¿Qué pasa en el cerebro cuando nos reunimos miles de personas que compartimos unas ideas o gustos? ¿Perdemos todo tipo de freno? Pase lo que pase, lo que está claro es que no basta con no ser racista. Hay que ser antirracista y demostrarlo. Como el entrenador Guss Hiddink que ordenó retirar una pancarta con símbolos nazis en Mestalla precisamente hace ya 30 años. Alguien en la Liga debería haber anunciado ya hace mucho tiempo que los cánticos racistas serán objeto de sanciones ejemplares.