Los negros no son de fiar
Estos tres negritos son, además, violentamente guapos y claramente culpables de delitos de odio: odiamos separarnos de ellos
Los negros no son de fiar
Madrid
Los negros no son de fiar. Créanme, sé de qué les hablo. Tengo tres sobrinos mulatos, dos niñas de cinco y tres años y un niño de quince meses. Siento decirlo porque les he tomado aprecio, pero desde que llegaron a mi familia la inseguridad ha crecido un doscientos por cien: nos han robado a todos el corazón. Son como una burudanga sentimental: primero te cautivan con su pelo afro, su color exótico y un prodigioso sentido del ritmo y, cuando ya te tienen en su poder, hacen contigo lo que quieren.
En mi caso, han conseguido incluso que pierda interés por mis otros sobrinos blancos. Son difíciles de adaptar a nuestras costumbres. Ayer, cuando fuimos a asear al más pequeño, nada más meterlo en la bañera, se puso de pie, abrió las piernas y comenzó a hacer pis mientras con inocencia, seguramente fingida, nos miraba sonriente. Atónitos, no sabíamos qué hacer con él: si denunciarlo a la fiscalía o comérnoslo a besos. Estos tres negritos son, además, violentamente guapos y claramente culpables de delitos de odio: odiamos separarnos de ellos.
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Guionista y realizador televisivo español, Miguel...