Se acaba la campaña y los sherpas de Feijóo, los que allanan su camino a La Moncloa, empiezan a justificar los pactos con Vox a partir del lunes. Dicen: «Si Sánchez negocia y deja que Bildu apoye sus leyes en el Congreso, Feijóo puede pactar sus gobiernos con Vox». Alguna gente de Bildu viene de hacer y de justificar lo injustificable, los asesinatos de ETA. Hoy rechazan la violencia y participan en política, pero les queda un largo recorrido para llegar a compartir gobierno con aquellos a los que un día señalaron y mataron. Les queda no solo rechazar la violencia hoy, sino decirnos que también entonces estaban equivocados, hacer autocrítica. Por eso, aunque están en las instituciones, de momento no comparten gobiernos con los que un día ETA persiguió. Esta realidad es la muestra más palpable de que enfrentamos el futuro con la verdad histórica, inapelable, de que la razón siempre estuvo de parte de las víctimas. Pero los sherpas de Feijóo se esfuerzan en poner en plano de equivalencia esta salida del túnel de la violencia con quienes quieren meternos ahora en el túnel del tiempo de la política. El PP ya ha sentado en el Consejo de Gobierno de Castilla y León a quienes niegan hoy la violencia machista, el cambio climático, la España de las autonomías y criminalizan a los inmigrantes. Hay una distancia sideral entre recibir apoyos en un parlamento para leyes que has diseñado tú -esto ya lo ha hecho el PP con Vox en Madrid y en Andalucía- y entregar a Vox el poder de diseñarlas ellos mismos. Es una encrucijada para el Partido Popular de muy difícil resolución, es verdad, pero al menos no disfracemos lo que significa.