Asaari Bibang: "No podemos naturalizar la violencia verbal; pero pasa en el fútbol y en el Congreso"

Madrid

“El caso Vinicius” ha ocupado esta semana la mayoría de titulares. El domingo 21 de mayo en el Estadio de Mestalla parte de la afición del Valencia Club de Fútbol gritó insultos racistas hacia Vinicius, jugador del Real Madrid.

Lamine Thior, Franklin Tshimini y Asaari Bibang acercan el debate sobre lo ocurrido en las gradas de este campo de fútbol a la realidad de la sociedad. Lamine Thior explica que “aún estamos viviendo la black week”. Este concepto, al que además hace referencia en varias ocasiones Asaari Bibang, describe lo que ocurre cuando tiene lugar un episodio de racismo y se tiende a llamar a todos los negros conocidos para que comenten lo ocurrido. Los tres colaboradores recuerdan casos anteriores en los que sucedió algo similar y hacen hincapié en que normalmente la atención no dura más de una semana.

Franklin Tshimini, además, explica que “no se puede justificar lo ocurrido, ni permitir lo que ha pasado”, pero destaca que “no es lo mismo hablar de una persona que tiene la vida resulta que de un mileurista”. De este modo, concluye diciendo que lo que le preocupa realmente son “los negros mileuristas”.

Más allá de la posibilidad de que sea un debate que finalice a corto plazo, Asaari Bibang piensa que “es muy positivo” y que por primera vez hay algo de “autocrítica”, ya que es “fundamental establecer un debate sobre racismo partiendo de un debate más adulto que el estamos acostumbrados a presenciar”. No obstante, recuerda que “no tiene la misma respuesta el caso de Vinicius, que es individual, que la masacre de Melilla o el caso Tarajal, ya que ese es racismo institucional”.

“¿Qué va a durar solo la black week y luego se va a olvidar? Sí, pero a mi me parece que, al fin, se han movido los cimientos lo suficiente como para que personas que nunca se habían pronunciado por fin lo hayan hecho de forma clara”, argumenta Asaari Bibang. Del mismo modo, asume que “aunque no lo han hecho por una cuestión de principios, al final todo se mueve por la necesidad de tener que pronunciarnos y elegir el lado en el que nos ponemos”.

La relación entre el fútbol y la violencia también es un elemento a tener en cuenta en este debate. Es habitual escuchar que es un deporte en el que está consentido el insulto y que eso no es racismo. Ante esta idea, la cómica menciona que “en ese caso estaríamos asumiendo que la violencia es legítima y no podemos aceptar que se pueda violentar de una forma tan natural, pero se hace en el deporte y hasta en el Congreso”. Por otro lado, analiza la relación del fútbol con la sociedad ya que “es un reflejo de esta”, por lo que “deberíamos replantearnos todo ya que no podemos aceptar como ciudadanos que se pueda violentar así”.