Hora 25El análisis de Xavier Vidal-Folch
Opinión

Hay partido

Pero las matemáticas no decretan sin remedio que el bloque progresista tenga que salir derrotado el 23 de julio. Dependerá de tres factores clave, todos relacionados con el clima que se respire y se imprima a la nueva campaña electoral

Hay partido

Barcelona

Algunos dicen que el adelanto electoral decidido por Pedro Sánchez no solo entraña gran riesgo para las izquierdas, sino que es una temeridad; un suicido de kamizaze; o una ensoñación sin ninguna base. Pues no es así. Podrá ser una apuesta muy fuerte. Y de hecho lo es, entre otras cosas, porque pone en juego también la presidencia semestral europea que tanto acariciaba.

Pero las matemáticas no decretan sin remedio que el bloque progresista tenga que salir derrotado el 23 de julio. Dependerá de tres factores clave, todos relacionados con el clima que se respire y se imprima a la nueva campaña electoral. Uno, si el síndrome del conquistador que favorece al PP de Alberto Núñez Feijóo como ganador del 28-M capta algún voto más de caladeros no conservadores. Dos, de si el síndrome del resistente progresista se activa y recupera votos trasvasados o que se han quedado en casa. Y tres, de si la plataforma Sumar de Yolanda Díaz concluye con éxito total, mediano o escaso el reagrupamiento con Unidas Podemos, y mantiene así el grueso de sus diputados.

De hecho, la repetición exacta de los resultados numéricos del domingo permitiría que aunque Feijóo se adelantase en cuantía de escaños, su suma con los de la ultraderecha le sería muy insuficiente para llegar a gobernar. Mientras que la de las izquierdas y sus aliados actuales posibilitaría repetir una coalición progresista, aunque fuese de distinto formato. La traslación al detalle de los votos, depurados por la barrera electoral del 3% para conseguir diputados, y proyectados a las cuotas provinciales con la regla de reparto del método D’Hondt, así lo indica. Sendos trabajos muy técnicos -y nada interpretativos- publicados hoy por EL PAIS y El Periódico de Catalunya lo ratifican. Es solo un escenario, claro, basado en que todos votan igual que anteayer, y no adelanta la evolución de la opinión de los votantes. Hay partido.

Xavier Vidal-Folch

Periodista de 'EL PAÍS' donde firma columnas...