La última oportunidad la tuvo. La primera nunca la tuvo
Al final, un partido político se acaba pareciendo siempre a sus dirigentes más ruidosos y suelen matarlo sus dirigentes más miopes. Aquí también estoy hablando de Rivera
La contra | La última oportunidad la tuvo. La primera nunca la tuvo
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Madrid
Ahora directamente se va a abstener el partido, no va a permitir más abstención entre sus votantes. Hay funerales dolorosos y este no es uno de ellos. Lo lastimoso es no ver a Albert Rivera echando las últimas paladas porque dejó al partido -a mí me recordaba la escena aquella en la que entierran a Uma Thurman en Kill Bill- así se quedó Ciudadanos solo que antes Rivera se preocupó incluso de amputarle las manos al partido. Ahí no había manera de salir. Hizo aquello que decía el señor Burns en Los Simpson: "Daría todo lo que tengo por tener un poco más". Y con esa frase destruyó un proyecto político en el que había gente válida, gente que se lo creía de verdad y que terminó devorada por su ala más engatusadora, por aquellos que están en política como pueden estar en un resort por vacaciones o por cargos más entretenidos en averiguar a qué partido iban a ir a parar después que en el propio partido que tenían entre manos. Y sí, efectivamente, estoy hablando de los de Quinto, de los Cantó, de los Girauta. Al final, un partido político se acaba pareciendo siempre a sus dirigentes más ruidosos y suelen matarlo sus dirigentes más miopes. Aquí también estoy hablando de Rivera. Los que se deslumbran con lo que ellos pueden ser, presidentes del gobierno, antes que lo que el partido puede aportar, que había sido entrar en el Gobierno con la oferta de Sánchez. La última oportunidad la tuvo. La primera nunca la tuvo.
Manuel Jabois
Es de Sanxenxo (Pontevedra) y aprendió el oficio de escribir en el periodismo local gracias a Diario...