Aldeas de Astérix
De esa presencia o influencia dependerá también otro gran reto, menos aparente hasta ahora. Consiste en saber ¿seguiremos viviendo en la España plural, que hemos conocido desde la transición? Es una pregunta inquietante

Barcelona
El imperio ha conquistado gran parte de la Galia. Pero Astérix mantiene potentes aldeas de resistencia. El PP conquistó amplias parcelas de poder territorial. Pero no todas: sigue habiendo contraste. Y a cargo de distintas fuerzas, no solo de las izquierdas. En las negociaciones de estos días para formar gobiernos municipales y autonómicos se juega la orientación ideológica de este país: si la democracia vira de color y se tizna de ultra, de autoritaria. Depende mucho de si Vox entra o no en los nuevos ejecutivos. De si influye en ellos mucho o poco.
De esa presencia o influencia dependerá también otro gran reto, menos aparente hasta ahora. Consiste en saber ¿seguiremos viviendo en la España plural, que hemos conocido desde la transición? Es una pregunta inquietante. Y justificada, porque Vox no oculta que pretende dinamitar las autonomías también desde dentro. Y devolvernos al viejo y ya caducado país uniforme. Y en uniforme. La cuestión es si se mantendrá, disminuirá o se atacará la variedad lingüística y cultural de España. El primer termómetro será el trato que merezca la riqueza de lenguas en las Islas Baleares y en la Comunidad Valenciana, en su espacio público, en su escuela.
Cataluña y País el Vasco resisten como las principales aldeas de Astérix: no solo porque no hayan celebrado elecciones autonómicas el 28. También porque en sus comicios locales han arrollado los partidos vasquistas y catalanistas. En el caso catalán, con el relevante triunfo del PSC, que ha desplazado a los independentistas. Y en ambas, tanto el PP como Vox son partidos insignificantes. Residuales. Y luego está Navarra, que es bilingüe aunque muchos no lo sepan, o no quieran saberlo. Pero además, cuenten que habrá resistencia interna al uniformismo en las comunidades que han dado el vuelco. El primer signo está en que el valenciano Ximo Puig se queda en Valencia para encabezar la oposición.

Xavier Vidal-Folch
Periodista de 'EL PAÍS' donde firma columnas y colaborador habitual de la Cadena SER, donde publica...




