La historia del primer detenido en España de la famosa ‘Ten Most Wanted’ de Estados Unidos
En Rojo Oscuro casi Negro nos acompañan Fernando González, inspector jefe del Grupo de Fugitivos de la Policía Nacional y Abelardo Vecino el agente especial del FBI
La historia del primer detenido en España de la famosa ‘Ten Most Wanted’ de Estados Unidos
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Quienes hayan leído a Dolores Redondo y su 'Trilogía del Baztán' recordarán que la inspectora Amaia Salazar cuenta con un aliado internacional en sus investigaciones: el agente del FBI Aloisius Dupree. Un caso que, pese a ser parte de la ficción, sirve para ilustrar la relación entre el inspector jefe del Grupo de Fugitivos de la Policía Nacional, Fernando González y el agente especial del FBI y enlace con la policía española Abelardo Vecino.
A finales de diciembre fue detenido en España uno de los fugitivos más buscados en Estados Unidos. Un hombre condenado por pornografía infantil, explotación y agresión sexual, que formaba parte de la famosa lista ‘Ten Most Wanted’. La clave para conseguir su detención fue sin duda "la cooperación y el intercambio de información” entre el FBI y la Policía Nacional. Un proceso arduo y largo que, como todos los demás, deben evaluarse de forma particular y precisa para poder atrapar al criminal ya que no hay un modus operandi estipulado. "No hay ningún protocolo", explica González, "cada fugitivo tiene sus circunstancias y convicciones. Nosotros basamos la investigación en sus patrones de conducta".
En el caso de Michael J. Pratt, que actuó entre los años 2012 y 2019, captaba a sus víctimas promocionando un supuesto casting para modelos, que acababan siendo vídeos sexuales. Para perfeccionar su trampa incluso pagaba a otras mujeres para que convencieran a las víctimas de que toda esa situación era normal y que esas grabaciones nunca verían la luz. Pero sí que lo hacían, Pratt publicaba estos vídeos en webs pornográficas y llegó a ganar 16 millones de euros con su actividad delictiva, según recoge la sentencia que le condenó a cadena perpetua.
Para localizar a este, y a cualquier otro criminal, cuenta el agente del FBI, Abelardo Vecino, que es muy importante investigar el entono personal: "No hay una única cosa, pero saber con quién se relacionan, sus aficiones, sus vicios" pueden ser la llave que cierre un caso. En el caso de Pratt utilizaba varias identidades falsas y este fue el hilo de la investigación. "Al saber el nombre que utilizaba ya fue más fácil", confiesa González, y desvela cuál fue el momento más emocionante de la investigación: "la gente de mi grupo considera que el momento más interesante no es la detención, si no la localización. Teníamos la pista, pero había que corroborarla" y para esto fue clave esa colaboración que acabó con la satisfacción de la detención, que para Vecino es la muestra del trabajo diario que hacen.
Cristina Gómez del Casar
Periodista y politóloga. Redactora de La Ventana. Previamente en Hoy por Hoy Madrid y Radio Madrid