"¿Pero acaso queremos que desaparezca un oficio tan noble como el de camello de viviendas?"

Madrid

¿Quién no ha disfrutado alguna vez de la experiencia de pagar a una inmobiliaria? ¿Qué mejor que soltar todo un mes (o dos) de alquiler porque una persona te ha enseñado que el habitáculo en el que vas a vivir tiene el baño donde debe estar? Pues eso se ha acabado o debería estar acabado. Con la nueva ley de vivienda, prácticas como el habitual "mes de agencia" deben desaparecer. No obstante, Héctor de Miguel está dispuesto a demostrar que son importantes, que las inmobiliarias merecen ser reconocidas. Ser director de Hora Veintipico también tiene inconvenientes.

"¿Pero acaso queremos que desaparezca un oficio tan noble como el de camello de viviendas? Con perdón de los camellos, que por lo menos la primera te la regalan", ha comparado. Es necesario recalcar que pocos se han parado a pensar en los trabajadores y mucho menos en sus gastos de vestimenta: "¡Pero esta gente tendrá que poder pagarse el traje de boda pueblo ese que llevan!".

De Miguel también piensa en los propietarios, esas personas que siempre piensan en el bienestar de sus inquilinos: "Además, alguien tendrá que decirte que no te alquilan el piso si eres moro o negro, no lo va a hacer el dueño. Que ya bastante tiene con tener que ir personalmente a que le des el alquiler en negro cada mes. Y que no es solo tu piso, que tiene siete más. Un poco de empatía, por favor". Si no ha dado suficientes consejos, también tiene uno para aquellos que tienen prisa en encontrar un hogar: "Y si pagas un poquito más a la inmobiliaria puedes ver cómo desahucian a los anteriores inquilinos, así entras ya en el piso calentito". El apartamento no es lo único que, para el presentador del Veintipico, tiene calor: "Como los solares, las insolaciones, los rescates o los concejales de urbanismo muertos en extrañas circunstancias".

La nostalgia también ha jugado un papel fundamental, ya que de Miguel no ha podido evitar recordar tiempos mejores, días en los que nada de lo anterior importaba y que hoy día anhela, pero solo él: "Las inmobiliarias son patrimonio de nuestra cultura del pelotazo. Como los aeropuertos o la boda de la hija de Aznar". No obstante y a pesar de la melancolía, aquello de pagar entre tres y cuatro meses de alquiler única y exclusivamente para poner un pie dentro de la vivienda ya no se lleva hasta el punto de ser ilegal.