La crítica más dura que recibió Sánchez Arévalo por 'Primos': "Uno de mis mejores amigos me dijo que no la hiciese"
El director ha contado en 'El Faro' la tradición que tiene con sus amigos cineastas antes de publicar una película
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Aunque a Daniel Sánchez Arévalo su DNI le dice que es un hombre nacido en el interior, él siempre ha querido ser cántabro. Será por eso que cuando le preguntan por el mar, asegura tener una relación no solo cercana, sino necesaria: "Sin el mar me ahogo". Cerca del mar y en Cantabria, en Comillas, grabó una de sus películas más icónicas, 'Primos', aunque quizás nunca hubiese llegado a los cines si le hubiese hecho caso a uno de sus mejores amigos, el también director de cine David Serrano. "Me dijo: 'No hagas esta película', así que eso me hizo ponerme las pilas. Muchas gracias, David, por habérmelo dicho".
Sánchez Arévalo ha explicado en 'El Faro' de dónde viene esa crudeza entre amigos. En su grupo —en el que hay otros cineastas como Mateo Gil y Óscar Santos— tienen la costumbre de ir a casa de Alejandro Amenábar antes de estrenar las películas para que los amigos hagan de críticos. "No hay piedad. Si Amenábar te pone Ágora, que ha costado unos 30 o 40 millones de euros, vas a saco como si estuvieras viendo un corto de un estudiante. Es una experiencia muy traumática, pero también muy buena", ha contado divertido a Mara Torres.
El guionista ha recordado en 'El Faro' que sus primeros pasos en el mundo de la escritura surgieron a miles de kilómetros de su casa, cuando estaba de intercambio en Estados Unidos. Sánchez Arévalo pasaba horas escribiendo cartas a sus padres y amigos contándoles historias que realmente no ocurrían. "Mentía y contaba que estaba en el equipo de fútbol, pero no estaba. Lo había dejado porque me insultaban, me hacían bullying, pero mandaba fotos a mis padres y les contaba que metía goles. Quería que pensaran que estaba viviendo el sueño americano", ha contado.
Su oportunidad como guionista le llegó gracias a su hermano, que trabaja en la tele y que un día lo animó a ganar dinero escribiendo. "Mi hermano se coló en el plató de 'Farmacia de Guardia', cogió un texto del suelo y me dijo: 'Así se escribe un guion". Con ese ejemplo, Sánchez Arévalo escribió un capítulo que acabó en manos de Antonio Mercero, al que llama "su ángel de la guarda". Aquel texto nunca llegó a la pantalla, pero fue suficiente para convencer al director de la serie.
En el viaje desde el mar hasta un faro que le ha propuesto Mara Torres, Sánchez Arévalo ha querido terminar junto a su pareja, Sara, y su hija de tres años, Daniela. Al preguntarle por qué música sonaría, el cineasta ha reconocido que sería una banda sonora infantil: "Mi hija ahora está con Luli Pampín, que es una cantante argentina que le encanta y claro... es horrible".
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Julia Molina
Es periodista en la Cadena SER desde 2017. Estudió Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid...