Saltarse la etapa

Madrid

Convocadas las elecciones generales los partidos perdedores de los comicios del pasado domingo se han saltado una etapa lógica en la cadena de sus actuaciones, la de dar explicaciones a los votantes de por qué han sufrido la derrota. Cada ciudadano que reflexiona tiene su propio cóctel de razones y las proporciones del fracaso. Los etarras manchados de sangre en las listas de Bildu, la clamorosa desunión de las formaciones situadas a la izquierda de la izquierda, la práctica desaparición de ciudadanos de las instituciones, la corrupción del voto por correo en Melilla y otras localidades o problemas anteriores como el coste de la vida, la aplicación de la ley del suelo, sí, sí, o las rebajas del delito de malversación. Pero 4 días después de las votaciones no conocemos el análisis de lo sucedido por parte de los socialistas o de las antiguas protagonistas de los ayuntamientos del cambio. ¿Es un milagro de la fe o de la ideología creer en lo acertado de sus estrategias para el 23 de julio, sus programas electorales o incluso sus listas sin practicar ese acto de reflexión pública que por ahora falta? Dice Rodrigo Rato en sus memorias recién publicadas, que en política todo lo que hay que explicar con mucho detalle tiene las de perder y pierde, pero una cosa es eso y otra el silencio.