Elena Trapé: "Me interesa mucho qué pasa cuando uno se para e intenta escucharse a sí mismo más allá del ruido que nos rodea"
La directora catalana estrena su tercera película, 'Els Encantats', un drama en el que la actriz Laia Costa vuelve a brillar como una joven madre en busca de reconectar consigo misma y lidiar con las expectativas
Cadena SER
Madrid
A Elena Trapé se le dan bien los retratos generacionales. Lo demostró en su ópera prima, en Blog, donde captaba esa necesidad vital que anida en las adolescentes, donde además ahondaba en el poder de Internet y eso que todavía no habíamos llegado a las redes sociales. Con Las Distancias ganó en Málaga la Biznaga de Oro, precisamente por contar los miedos recelos de una generación, la suya, a través de un grupo de amigos en torno a los 30 y 40 que veían como el distanciamiento hacía mella en su relación. Ahora vuelve a retratar a una generación en Els Encantats. "Veo el denominador común cuando hago una mirada retrospectiva y veo que, pasado por mi filtro, ese sentimiento imprime las tres historias. No es un punto de partida consciente. Seguramente como las tres se ubican en momentos de cambio muy particulares, el desencanto surge de manera muy natural porque son etapas en las que se tienen que gestionar, pues eso, las expectativas versus la realidad y todo lo que no va a suceder. Y está ese desengaño, desencanto. Pero sí, es curioso, luego en la vida real soy una persona muy optimista y veo mucha comedia, pero no sé por qué me salen estas cosas así como de de melancolía", cuenta la directora en una entrevista en la Cadena SER.
En esta historia coloca en el centro a un personaje femenino para conectar con las aspiraciones y el vacío de muchas mujeres. La ganadora del Goya por Cinco Lobitos, la actriz Laia Costa es una joven madre que se acaba de separar, se está mudando de casa y, por la custodia compartida, pasa los primeros días sin su hija. "Tenía la sensación que el tema de la ruptura se había focalizado en la pareja, pero quedaban muchos daños colaterales que son muy importantes y que en el caso del personaje tienen un peso muy bestia, tienen que ver con, de repente, no estar con tu hijo o hija y tener que volver a conectar contigo misma como mujer, con tu intimidad, tu sensualidad y tu espacio. Es un proceso doloroso y lento", explica la directora sobre esta historia de una madre separada que asume a la fuerza su ruptura.
Nerviosa, intranquila, sin saber qué hacer, ni cómo socializar o adaptarse a su nueva vida, el personaje acaba haciendo lo que muchas y muchos harían en su situación: huir. La huida es al campo, a su casa de un pueblo del Pirineo catalán, donde se reencuentra con esos orígenes que también guardan claroscuros. "Esa cosa de la raíz, de volver a tus orígenes, a ese lugar que es como tu toma tierra, pensamos que podía ser un buen tirón para empezar este camino de vuelta a sí misma. Llevando allí a un personaje que ahora mismo no quiere oír su voz, entre tanto silencio, lo único que puede hacer es escucharse a sí misma, termina siendo una encerrona que nos parecía muy interesante", añade Trapé.
La reflexión sobre la familia, sobre la maternidad, sobre las relaciones y el paso del tiempo, pero también sobre una generación educada para el triunfo personal y laboral, que se rompe en mil pedazos cuando eso no ocurre. Els Encantats habla precisamente de eso, de cómo afrontar el vacío, de cómo asomarse a nueva etapa y de cómo una madre trata de reconectar con su yo. "Hay un momento en que tú pones el piloto automático y las circunstancias te van empujando, ¿no?, a cierta edad que ya entras en este mundo de pareja y ya como que todo viene solo. Imagino que por eso hay tantas historias sobre la crisis de la mediana edad, que es justo el momento en el que tú ya has hecho todo el tinglado, como satisfaciendo todo lo que la sociedad espera de ti y se despierta una voz que te dice, pero ¿esto era lo que tú querías? Al final, en estos relatos sobre la crisis de esa franja de edad, lo que hay detrás, creo que es eso, que tu voz quizás ha quedado un poco ensombrecida por las expectativas y por el motor que se pone en marcha y, buah, te tira solo y de repente dices vale, un momento, ahora que ya lo he hecho ¿Esto era lo que yo realmente quería o no? No sé, me interesa esa pregunta en cualquier etapa de la vida me interesa mucho qué pasa cuando uno se para, intenta escucharse a sí mismo más allá de todo el ruido que nos rodea todo el rato. Eso me parece como punto de partida para cualquier historia, me parece interesante o, como mínimo, a mí me interesa".
Els encantats es el nombre de las montañas donde se refugia la protagonista. La casa de verano de la infancia, la casa donde nacieron sus padres y sus abuelos, donde el tiempo es distinto, pero también ahogan los recuerdos familiares. Rodada en La Vall Fosca, la directora usó para el guion algunas de las antiguas leyendas que resuenan por la zona, recogidas por Pepe Coll. Por ejemplo, la de els encantats, seres que viven en las grietas de las rocas de las montañas y que te pueden atrapar. "Estos seres que viven en la grieta de la montaña y que están en una especie de limbo, están como atrapados. Y eso realmente es lo que le está sucediendo ahora mismo a Irene. Y bueno, todo era también visualmente muy bonito. Esa idea de la grieta como una herida abierta que es como está ella ahora. El tema también de la vagina como una imagen, eso de volver al útero materno, está también esa cosa de la maternidad que impregna de manera paralela todo el relato de la historia. También a través de las madres que hablan en off".
En ese camino el personaje asume que nada te puede refugiar de ti misma ni de la herencia familiar. Trapé filma una escena donde incide en el espejo de las relaciones madre e hija y en el peso de la educación maternal y sentimental. "Está por un lado esta contradicción del personaje que como madre pues está preocupada de no estar y quiere cuidar a su hija y, al mismo tiempo cuando ella es hija siente esos cuidados como algo que la ahogan y que es como, mamá, déjame mi espacio. Y me parecía una contradicción muy bonita también pensando en que, al menos en mi generación, aunque las cosas afortunadamente están cambiando, la voz del ámbito doméstico es femenina, es la voz de las madres, son las personas que nos han programado y diseñado. Cuando tú piensas en cómo tienes que hacer la cama, cómo tienes que recoger todo, está esa voz femenina que siento que es la que nos ha programado en muchas cosas de nuestra intimidad. Me gustaba que estuviera presente también porque, te guste o no, ya sea para lucharla o para abrazarla, la voz de la madre siempre está ahí", relata la directora.
'Els Encantats' | Entrevista a Elena Trapé
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En este último año, el cine español ha mostrado la parte rural de España, lejos de los grandes núcleos urbanos, donde la vida y las prioridades son otras. Elena Trapé propone una mirada crítica a esa vuelta a la arcadia feliz, consciente del uso narrativo del campo y su mirada al paisaje. "Para nosotros, La Vall Fosca no es un decorado, es el lugar donde tenía que existir la película. No podía existir en otro lugar. Y hemos intentado eso, que la gente de allí también se sienta un poco representada en lo que ve de los paisajes, siendo muy conscientes de que la mirada es la de una urbanita que idealiza estéticamente la vida rural, porque en el fondo la vida rural no es así. No es subo a mi casa y tengo tiempo, la vida rural es me levanto súper pronto, estoy trabajando en el campo y luego me cuesta la vida vivir, es súper complicado".
Fue Isabel Coixet quien le sugirió el nombre de Laia Costa para esta película. La directora quería a una actriz que hubiera sido madre y Coixet acaba de rodar con la actriz, que era madre primeriza. Curioso porque esta historia dialoga, de forma, digamos, accidental, con Cinco Lobitos, papel por el que la actriz ganó el Goya. Daniel Pérez Prada, Pep Cruz, Aina Clotet y Ainara Errejaldre completan el reparto de una película que gira en torno al personaje principal, una mujer que ha tocado fondo y que no sabe lidiar con el fracaso, o al menos, con la vida que había imaginado. Solo puede parar, escucharse a sí misma y respirar, respirar para seguir adelante.