Rocío Aguirre, la fotógrafa que convierte las fotos íntimas en arte

Rocío Aguirre nació en Santigo de Chile, pero ha recorrido todo su país, el trabajo de sus padres la fue llevando de un lado a otro. Ahora vive en Madrid donde trabaja como fotógrafa de moda. Tiene 33 años y se ha convertido en una de las nuevas voces de la fotografía, gracias a su libro, Rocio x Rocío Aguirre donde mostró lo íntimo como el máximo emblema de lo político y lo artístico. Básicamente era un álbum de fotos privado, convertido en libro autobiográfico por Paripé Books. Un libro como el de todo joven de veinte años, lleno de fotos de ex parejas, entre ellas la de su último novio, el músico C Tangana.

Ahora parte de las fotografías de ese libro han salido de las páginas y se han ido a vivir a un espacio que celebra Photoespaña, el festival de fotografía que estos días invade Madrid. Está en la tienda UNOde50 Art Gallery Madrid hasta septiembre. "Es demasiado importante estar aquí. Photoespaña es mi momento favorito del año, porque la foto lo invade todo y encima la exposición tiene que ver con el libro que lo lancé hace poco, en diciembre. Es un honor".

Una selección de fotos en las que el rojo es el color predominante, que dialoga con la obra de otro artista, el director creativo de la marca que ha colocado esculturas rojas y blancas alrededor de la galería. Sus fotografías recorren varios lugares, arranca en Chile pero llegan a una lista de países por los que Aguirre fue paseando su juventud. Ella pertenece a esa nueva generación de jóvenes que vivió el desencanto de la generación de sus padres, la llamada Generación X. Un desencanto que en el caso de Chile estuvo agravado por la presencia de la dictadura militar de Pinochet y una economía neoliberalista de pura supervivencia de clase media, donde las aspiraciones pasaban por ir a colegios privados y la madurez se alcanzaba en la cultura del divorcio y la inestabilidad económica.

En ese ambiente se entienden las fotografías íntimas que a través de las historias individuales nos hablan de un país entero, algo que consiguen pocos artistas. "Hago una ficción dentro del relato que enmarco. Este es un recorrido de 14 años de vida totalmente honesto, y no tiene nada de ficción". Ordenadas cronológicamente, pero priorizando los colores, por gamas de luz, por gusto, por recuerdos, por personajes queridos, las fotografías que componen esta exposición son un bombardeo de recuerdos, obsesiones, trabajo e invenciones.

Aguirre, una de las mayores fotógrafas de moda de Chile (y, cada día más, de España), se autorretrata sin mostrar su cara en casi ningún momento. Apuesta por el cuerpo, por la sexualidad, por nuevas poses y posturas, siguiendo, cuenta, a una de las fotógrafas que más admira, Nan Goldin. "No está pensado el hacer una nueva fotografía, quizá está muy criticado el mostrar tu intimidad, tu sexualidad y para mí era importante darle espacio a eso, hacer lo que hizo Nan Goldin, atreverse a hacer ese tipo de cosas".

La fotógrafa sigue resistiendo con la fotografía analógica, la técnica con la que aprendió. "Simplemente no tenía dinero suficiente para comprarme una cámara digital y, en mi época, la fotografía analógica no era cara, entonces mi sello se transformó en esos colores, en el uso que hago de la luz natural y en esa manera de trabajar muy pensada antes de gastar las 36 fotos que contenía un carrete". Sin embargo, las cosas no son fáciles: "Se han subido mucho los precios, a pesar de que yo me lo puedo permitir quiero hacer una especie de protesta, porque han subido un 20 por ciento todos los carretes. Ahora yo me pienso qué fotos quiero hacer en analógico, porque no tiene sentido en este momento", dice la autora de estas imágenes evocadoras, que ha construido un collage visual de manera apasionada, que le devuelve el significado a sus años de vida y abre paso a una nueva generación vulnerable e inclusiva, dispuesta a mostrar su intimidad sin tapujos.