Vacas locas y humanos muertos
No “llevar al extremo la salud pública” no solo tiene efectos homicidas. También provoca una catástrofe en los bolsillos de los ganaderos, y de toda la industria alimentaria cárnica derivada. El supuesto apoyo de Vox al sector primario provocaría lo contrario de lo que predica
Vacas locas y humanos muertos
Barcelona
Rebajar controles sobre la calidad de los alimentos es nefasto. Oponer la riqueza ganadera a la salud humana, como han hecho los consejeros castellano y leoneses de Vox es peligrosísimo. El de Agricultura se quejó de que “llevamos muy al extremo la salud pública”: ese es su amor a la vida. El vicepresidente le ha apoyado hoy desde Bruselas, donde ha recibido un buen varapalo, que no darán “ni un paso atrás” en la norma que permite rebajar el listón, ya suspendida por un juez. Facilita el desastre. Más exactamente, flexibilizar los exámenes rebajando el control sobre la salud de vacas y bueyes mata. Mata a las personas, mata a los animales y destruye la riqueza de los agricultores.
Esto no es teoría. Es lo que ha sucedido en la realidad. En 1996 estalló en Reino Unido la crisis de las “vacas locas”. Precisamente por una flexibilización de los controles a los piensos que consumían los animales, que se fabricaron con harinas infectadas. La Unión Europea obligó a su sacrificio. Y prohibió su exportación. De los británicos y de otros países que también se infectaron. Como aquella enfermedad (la “encefalopatía espongiforme”) contagiaba a los humanos, igual que lo hace la tuberculosis actual en Castilla y León, murieron muchas personas: hasta 232, cinco de ellas en España. La ganadería británica hundió su prestigio y sus ventas durante años.
Pero además hubo que liquidar en los mataderos las reses infectadas. Más de cinco millones. El coste económico alcanzó los 4.000 millones de libras (casi 6.000 millones de euros) según un informe oficial del Gobierno publicado en el año 2.000. O sea que no “llevar al extremo la salud pública” no solo tiene efectos homicidas. También provoca una catástrofe en los bolsillos de los ganaderos, y de toda la industria alimentaria cárnica derivada. El supuesto apoyo de Vox al sector primario provocaría lo contrario de lo que predica. Es una camama desalmada.
Xavier Vidal-Folch
Periodista de 'EL PAÍS' donde firma columnas...