Trump, otra vez imputado

Barcelona

Los líderes populistas de ultraderecha suelen tener problemas con la Justicia. Más que los demás políticos. Se llamen Marine Le Pen, Laura Borràs o Donald Trump. Porque tienden a mirarse en el espejo como si estuvieran por encima de la ley. Porque creen la idiotez de que los votos anulan el papel de la Justicia como controladora de sus actos.

Por eso mismo, Trump acaba de ser imputado por 37 delitos federales. Todos relacionados con el hecho de llevarse a casa dolosamente (o sea, con mala intención) documentos confidenciales y secretos. No papeles cualquiera, sino aquellos cuya difusión puede poner en peligro la seguridad nacional. La conducta de este sujeto habría incurrido en conspiración (o sea, cometer delito junto con otros individuos); obstrucción a la Justicia (ocultándole papeles oficiales); retención dolosa de documentos de seguridad nacional; falso testimonio y violaciones de la ley de espionaje. El martes acudirá a declarar. Es la primera vez en que a un presidente de los EEUU se le juzga penalmente por un delito federal.

Hace poco fue imputado por otro delito. No federal, sino del Estado de Nueva York. Fue por intentar ocultar con dinero que tuvo sexo con una actriz porno y además la pagó ilegalmente. Los ultras tienden a violar la ley, sexual o política. Y encima se defienden envolviéndose con la bandera. Es “un día oscuro” para Estados Unidos, ha dicho. Pero quizá es un día claro, despejado, diáfano y soleado para la democracia americana. Y para todos aquellos que, pese a tanto gánster, la siguen admirando.