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Las nuevas pantallas de pago que disparan las propinas en bares y restaurantes

Los expertos consideran que se trata de la otra cara de la moneda de las tecnologías al servicio de los consumidores

Reportaje EP76 | Propinas, no gracias

Reportaje EP76 | Propinas, no gracias

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Madrid

Cada vez es más común ver en bares y restaurantes el pago a través de dispositivos electrónicos con pantalla, pero son tecnologías que van a ir más allá de los datáfonos con sistema “contactless” (pago sin contacto). Pese a que la extensión de estos avances propios del auge pago digital es mayor en Estados Unidos que en España, estos están llegando a nuestro país.

Esto ha tenido un efecto colateral que los negocios están sabiendo aprovechar a su favor. Hablamos de las propinas, esos pequeños extra que se dejan a los empleados y empleadas con los que valoramos de forma más personal la calidad de su servicio. En Estados Unidos la cultura de la propina está mucho más arraigada y no suele ser visto con buenos ojos irse sin dejar algo, hay que valorar el servicio más allá de la cuenta y eso se hace con la propina. Las claves para entender el cambio de paradigma de las propinas están en dos de las transformaciones incitadas por la digitalización: el pago por pantallas y la lenta desaparición del efectivo.

Nuevas pantallas de pago

Aparte de los datáfonos con tecnología “contactless” que desde hace años están disponibles en los locales, existe una nueva metodología traída principalmente de los Estados Unidos. Hablamos de dispositivos con grandes pantallas que agilizan el pago y que suelen ser muy llamativas y dinámicas. El ritmo de vida acelerado al que el consumidor parece estar más acostumbrado, sumado a la facilidad con la que podemos pagar la cuenta, han reducido drásticamente nuestra capacidad de atención en este tipo de acciones.

Aquí se incluyen la cuenta y la propina, pero tanto la forma de presentar estos extra, que tienen que complementar el salario del empleado, como la de calcular la cantidad que el cliente tiene que abonar, lo decide previamente el local o la cadena. Además, la programación y diseño de las interfaces no son aspectos que se dejen al azar o a la mera funcionalidad, buscan causar un impacto en nuestro proceso de toma de decisiones. Que sean los empresarios los que preconfiguran las máquinas de pago de manera que puedan influir en nuestras acciones, es lo que los expertos denominan como el lado oscuro de la tecnología al servicio del ser humano.

Pese a que los locales proponen cantidades mayores de propina y podríamos pensar que el consumidor tiende a pagar menos, resulta ser todo lo contrario. Un estudio de 2017 realizado por la Universidad de Cornell pudo determinar que recomendar cantidades de propina superiores a las habituales, incentivaba a los clientes a pagarlas sin mostrar disconformidad. Si bien se dejaban menos propinas, porque sube la cifra que los locales sugieren, aumentaban sus ganancias porque los clientes que habitualmente dejaban propina, pagaban más. Propinas de hasta el 25% de la cuenta que los consumidores pueden llegar a abonar sin molestarse.

Las conclusiones que se están sacando desde Estados Unidos se pueden aplicar a España, por supuesto, pero esta tecnología no solo está llegando a la hostelería. Se está extendiendo también por los taxis, los VTC o los servicios de comida a domicilio como Uber Eats o Glovo. Aquí se hace a través de las pantallas de nuestros propios teléfonos móviles, lo que puede hacer que nos confiemos mucho más. Entran en juego las apps con sus atractivas interfaces y que al igual que sus homólogos tecnológicos de la hostelería, tienen opciones marcadas por defecto para dejar la propina. Por supuesto, siempre podemos desmarcar esta opción, porque la propina en España no es obligatoria, pero tal y como se está viendo, no siempre prestamos atención a lo que pagamos.

El efectivo va a menos y el pago digital a más

Que dejar la propina no sea algo tan cultural aquí en España como lo es en Estados Unidos, no quiere decir que aquí no haya existido esa costumbre. Siempre ha sido típico dejar los céntimos o las pocas monedas que sobraban de lo que habíamos pagado en efectivo. Esa es una de las claves, el efectivo y su lenta desaparición por el boom de los pagos virtuales y que por supuesto ha afectado a las propinas en hostelería.

Ese extra que se deja a los camareros y camareras por su servicio rara vez se declara. Esto impide saber con exactitud cuánto están bajando las propinas. Lo que sí se puede cuantificar es el pago en efectivo y el pago digital, porque según los últimos datos del Banco de España, entre 2019 y 2022, los pagos en efectivo han pasado de un 66% a un 83%, mientras que los pagos digitales pasan del 15% al 28%. Miguel Almunia es profesor de economía de CUNEF y nos explica cómo están las propinas a día de hoy, cómo afectan a los empleados y cómo pueden sobrevivir: “Todo hace indicar que la gente cuando paga con tarjeta deja menos propina. La información que tengo viene del día a día, de preguntar a los trabajadores en los restaurantes. Antes tenían un complemento de unos 200 euros, pues eso ya es más de un 10% de su sueldo, así que si ahora eso se reduce obviamente los trabajadores están peor. Pero yo creo que no se va a perder esa costumbre y que es un ámbito más en el que tenemos que adaptarnos al mundo digital”.

Esa adaptación digital está en auge, pero mientras tanto, los locales deciden y los consumidores aceptan sin pestañear.

Eduardo Hernández Ojeda

Eduardo Hernández Ojeda

Periodista en el equipo de Economía de la Cadena SER. Actualmente, estoy cubriendo las áreas de industria,...

 
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