La Hora Extra
Ocio y cultura

Manuel Segade: "Quiero domesticar a la bestia que es el gran museo nacional"

El nuevo director del Museo Reina Sofía habla de cómo serán las líneas rojas de su gestión al frente de una institución que tiene varios retos por delante y que custodia uno de los emblema de la cultura española, el Gernica

MADRID, 05/06/2023.- Manuel Segade, que será el nuevo director del Museo Reina Sofía, ha expresado este lunes a EFE sus muchas ganas de afrontar la tarea de ofrecer "el mejor Museo Reina Sofía del que sea capaz", un puesto al que llega tras casi diez años al frente del museo de arte contemporáneo de la Comunidad de Madrid, el CA2M. EFE/Kiko Huesca / Kiko Huesca (EFE)

Manuel Segade es el nombre que ha marcado la agenda cultural esta semana. Es el nuevo director del Museo Reina Sofía. El que mejor nota ha sacado del concurso al que varios gestores culturales y artísticos se presentaron ante el patronato de la institución, en un proceso de selección que comenzó el pasado 10 de febrero con la publicación en el BOE de la convocatoria del puesto. Un puesto al que llega después de estar casi diez años al frente del museo de arte contemporáneo de la Comunidad de Madrid, el CA2M. Segade, nació en A Coruña, en 1977, y será el sustituto de Manuel Borja-Villel. Durante sus cinco años de mandato tiene grandes retos por delante, el primero será ver qué pasa con el ministerio de Cultura y con los presupuestos del museo tras las elecciones del 23 de julio.

Tras conocerse que sustituirá a Manuel Borja-Villel al frente del Reina Sofía, Segade (A Coruña, 1977) ha dado las gracias públicamente tanto al comité de expertos como al Real Patronato y al Ministerio de Cultura por su decisión. "Significa mucho que exista un Ministerio de Cultura. Yo he trabajado estos años en la Comunidad Madrid, siete años, con distintos gobiernos del Partido Popular. Cuando llegué había una oficina de cultura y ahora hay una consejería. El cambio ha hecho también que el presupuesto del museo en esos años se incrementara precisamente por la fuerza que tiene la Consejería", explica.

"A todos nos preocupa. A toda la gente que trabajamos en cultura, pues queremos obviamente nuestro ministerio, que te apoye en ese campo y que demuestre la importancia que le da un gobierno, un partido político, a un tema, como es la cultura, También he de decir que, si cambia la conyuntura política española, yo solo puedo decir que en el Dos de Mayo he trabajado con el Partido Popular maravillosamente bien, con muchísima libertad y con muchísimo apoyo al propio programa", reconoce.

Licenciado en Historia del Arte por la Universidad de Santiago de Compostela, el gestor cultural llegó al CA2M en 2015 y en apenas tres años consiguió que un museo en una ciudad en el sur de la Comunidad de Madrid ganara visibilidad y que muchos amantes del arte contemporáneo fueran de Madrid a Móstoles. Algo de eso estará en su gestión, sobre todo la escucha. "Lo que es importante es establecer modos de escuchar a la sociedad. Ahora mismo creo que en los últimos años ha habido discursos muy fuertes, interesantísimos, que han abierto muchísimo el museo con respecto a lo que era. Que han conseguido situarlo en una posición internacional. Hoy por hoy, el Reina Sofía está considerado uno de los museos más importantes de Occidente", dice sobre sus líneas de partida, que continuarán algo de la labor de su antecesor, pero irá más allá. "Se ha conseguido elevar un poco todo un edificio hacia el exterior, desde lo conceptual y lo discursivo", incide.

Sin embargo, está dispuesto a dar cabida a otras voces y relatos que todavía no han entrado. "Pienso en una metáfora, para que todo mundo lo entienda, la colección tiene más de 24.000 piezas y vasos comunicantes. Hasta ahora se ha permitido mostrar la más amplia representación de la colección jamás hecha en el museo, pero solo he mostrado un 5 por ciento". Se refiere a la nueva ordenación que inició en estos últimos años el museo. "Si sólo es un 5 por ciento de la cantidad de relatos posibles que salen de esa colección, todavía hay muchos relatos que son inéditos y que nos pueden permitir entender, pues nuestra propia historia del arte de muchas formas distintas", dice. La idea, por tanto, es que se introduzcan muchas más voces, más comisarios y comisarios externas y más artistas. "Que esas voces no solo vengan desde dentro, sino que también vengan de afuera. Pues precisamente para para polinizar un poco los discursos que aquí se emiten".

Otro de los retos es mantener el número de visitantes y lograr el acercamiento a capas de la población que no se interesan por un museo como el Reina Sofía. Por ejemplo, los jóvenes. "A mí me parece fundamental esa parte, atender a las multitudes y también atender a muchísimos públicos, de todos los sectores posibles y todos los tipos de cuerpo posibles, mayores, jóvenes. Me parece fundamental". Responde el nuevo director que considera que lo aparentemente menor o lo geográficamente periférico es también una gran aportación. "En el CA2M siempre insistí en que todo cuerpo cabía en ese museo, aquí estamos con los cuerpos y las voces. Un museo representa una suma enorme de minorías".

La última encuesta del INE sobre consumo cultural arrojó un panorama algo desolador para los museos, el arte es último plan en la lista de actividades culturales de los jóvenes. "Con respecto a la juventud, efectivamente, creo que estamos en un momento muy especial de la cultura española, donde tenemos iconos fundamentales en el mundo de la cultura popular mundial que son pues geniales y muy interesantes. Creo que todo esto, de alguna manera, debería movilizarse también en el museo. No tanto desde la cultura popular, sino quizás desde los estudios culturales que nos permiten herramientas más sofisticadas para entender cómo lo popular se relaciona con la alta cultura y creo que ahí hay muchas herramientas geniales que nos ayudar a que los jóvenes se acerquen más".

La cuestión de la alta cultura versus la cultura popular es algo que ha trabajado en el museo de Móstoles estos años. "Cómo hacer descender la cultura para que esos públicos se sientan a gusto en el museo, por ejemplo, los adolescentes. Cómo hacer descender la institucionalidad del museo es quizá la reflexión. Cómo esa cosa pesada de entrar en una institución se pueda convertir en algo mucho más amable que permita que la gente encuentre el espacio como suyo". Los museos son espacios monumentales con la comodidad de lo doméstico, es una de las definiciones que cita el nuevo director que quiere "domesticar el espacio, domesticar a la bestia que es el gran museo nacional".

Aquí entra otra clave que era uno de los requisitos, como confiesa Segade, a la hora de acceder al cargo, atender al principio de igualdad que debe garantizar una institución pública como es la que va a presidir. "La cuestión de igualdad en cuestiones de género ya se solicitaba en las bases del concurso, es cierto, pero yo iría más allá. Ampliaría esa cuestión de igualdad", explica quien consiguió el distintivo Una Gota MAV por su compromiso con la igualdad de género en 2022.

De ahí, que vaya a estar muy presente en su gestión la llama interseccionalidad. Eso es la mezcla y la intersección de varias cuestiones que atañen a la sociedad y que atraviesan a los individuos y que nunca son siempre iguales o afectan de la misma manera. Nos referimos a cómo el género, la raza o la clase interaccionan entre ellas en un mismo ciudadano o ciudadana o en el conjunto de la sociedad. "Es un tema consustancial al arte contemporáneo", deja claro Segade que se compromete a trabajar sobre etnicidad, sobre género y sobre clase social de una forma paralela. "Siempre en críticas a sus sistemas de opresión. Creo que esto es elemental, porque el arte contemporáneo nace en los años 60, en un momento en el que se producen revoluciones de clase como la del mayo del 68, revoluciones a nivel de género como la segunda ola del feminismo que centra el interés en el cuerpo". Es el momento del nacimiento de la performance en el arte contemporáneo. "Eso viene del feminismo, de las mujeres. Pero también se produce en aquel momento un giro socioeconómico, acompañado de un giro cultural, que da lugar al arte contemporáneo, a las prácticas conceptuales, etc".

Hablando de cuestiones de clase, además de la esfera artística, el nuevo director tendrá que atender a la esfera estructural del museo y la institución. Hay falta de personal, hay escasez en los vigilantes de seguridad y con eso también habrá que lidiar en los próximos cinco años. "En el caso de los vigilantes de sala hay que tener en cuenta que son la cara del museo. Cuando vamos como visitantes a cualquier institución, no conocemos normalmente a sus directores, ni a su equipo, lo que conocemos es a esa parte del equipo que son los vigilantes. Por eso es fundamental atender este asunto. Espero, sobre todo, conseguir un clima de trabajo que tenga que ver con con lo mismo que le pedimos a los sistemas ecológicos, un ecosistema acepte su nivel de interdependencia. Es decir, que todos los miembros o los elementos que pertenecen al sistema, entienden la interdependencia y sean capaces de trabajar con generosidad y con cierta afectividad entre entre ellos. Y eso es lo que lo que me gustaría traer al equipo aquí y ahora".

Pepa Blanes

Es jefa de Cultura de la Cadena SER. Licenciada...