Uno de los dos ganaderos trashumantes que quedan en la provincia de Soria, Eduardo del Rincón, se encuentra bloqueado y sin poder regresar con su rebaño de mil ovejas en el valle de Alcudía, en concreto en el municipio de Brazatortas (Ciudad Real), debido a las restricciones de movilidad aplicadas por la Junta de Castilla-La Mancha para tratar de controlar varios brotes de viruela ovina. Al borde de una ansiada jubilación, desesperado por la espera y por no poder alimentar a sus animales con los pastos que encontraría ahora en las Tierras Altas sorianas, Del Rincón ha lamentado que las administraciones no le den una solución, más allá del ofrecimiento que este martes le ha hecho la Consejería para pagarles el pienso de su ganado, pero lo que él quiere es marcharse con su ganado ya. Confía en que haya un nuevo protocolo de movilidad en quince días para poder regresar a Soria: No queremos nada más. No entienden el problema que tenemos ni lo quieren entender”, ha lamentado. En el valle de Alcudia, según ha explicado Del Rincón, diez ganaderos y 15.000 ovejas están sufriendo estas restricciones, tras detectarse en septiembre un foco de viruela en Cuenca, mientras que él desplazó allí sus animales en noviembre. Para este ganadero, las restricciones aplicadas «no tienen lógica», pese a que son las que están vigentes a nivel europeo y las que despliega el Ministerio y las comunidades autónomas en toda España para controlar este tipo de infecciones y, con ello, preservar la salud pública y también el propio comercio vinculado al sector ganadero. «Con esta enfermedad se mueren los animales que se mueren, pero no es mala para los humanos”, ha sostenido enfadado el pastor, frustrado porque »como muy pronto” se podrá ir hacia Soria en quince días, según la información que le ha trasladado la Consejería, y ver que dejan marcharse a otros ganaderos que van a Cuenca. Del Rincón ha explicado que lo que le preocupa es el estado de sus ovejas, a las que encuentra «muy mal» porque ya no hay pastos, «sólo tierra». Cada año, este pastor traslada su rebaño en camiones al valle de La Alcudia para pasar un verano más benigno y regresan en junio a las Tierras Altas sorianas, donde les esperan en Los Campos, en lo que se convierte incluso en un reclamo turístico y divulgativo sobre el valor de la trashumancia durante siglos. Nos han cerrado aquí. Nos han prohibido las ventas. Pienso que está manipulado. Estamos vendiendo los corderos 15 ó 20 euros más baratos a otras lonjas. Aquí hay algún señor que se está beneficiando a costa de nosotros; unos se van a hacer multimillonarios y otros nos vamos a arruinar”, ha denunciado. Del Rincón, de 66 años, tiene 50 años de ganadero a sus espaldas y tenía pensado jubilarse este próximo mes de julio y traspasar el rebaño a su hijo, pero ahora piensa que tendrá que “malvender” el ganado y quedarse “encima arruinado”. “No se les mete en la mollera a la Administración, de donde sean, que los animales son como las aves. Están acostumbrados a trashumar y se quieren ir”, ha señalado sobre las costumbres de sus ovejas Del Rincón, quien siente que tiene «la soga al cuello» para seguir sobreviviendo en este oficio. La Junta de Castilla-La Mancha ha establecido una serie de restricciones durante los últimos meses ante la aparición de varios brotes de viruela ovina y caprina, el último de ellos a mediados de marzo en el municipio de Alcázar de San Juan, con origen en una explotación de más de 1.000 cabezas. Como consecuencia del mismo se aplica una restricción al movimiento de ganado en las provincias de Albacete, Ciudad Real, Cuenta y Toledo, aunque la sucesión de brotes de esa misma enfermedad se remonta a septiembre de 2022, cuando se detectaron focos en ocho explotaciones de Villaescusa de Haro. Posteriormente fueron detectados otros brotes en noviembre del 2022 y en enero y febrero de este 2023. Preguntado por la situación de este ganadero soriano, el portavoz de la Junta de Castilla y León, Carlos Fernández Carriedo, se ha puesto a disposición del Gobierno castellanomanchego para cualquier tipo de colaboración o apoyo. Ha asumido que en el origen de esta situación está que el ganadero trasladó el rebaño desde Soria, una zona libre de la enfermedad, hasta otra que no lo es, algo que se puede hacer, pero «el problema está en el retorno» desde Ciudad Real: «Lógicamente esa Comunidad tiene una serie de restricciones y limitaciones que le son de aplicación en tanto en cuanto esa enfermedad se pueda erradicar». «Entendemos que se pueda aplicar esa normativa y si la Comunidad de Castilla La Mancha necesita colaboración o apoyo nos tiene a su disposición», ha resumido.