Feijóo abre paso a la ultraderecha europea

Barcelona

Se acaba una era. España inaugura la vergüenza de tener gobiernos compartidos entre la derecha convencional y la ultraderecha. Entre el PP y Vox, el socio de Le Pen, de Víktor Orbán, de Bolsonaro. No sucede en ninguno de los grandes países europeos. Ni en Francia, ni en Alemania, ni en Reino Unido hay pactos de Gobierno entre la derecha democrática y la ultraderecha iliberal. Ni regionales, ni nacionales. Solo en España, y solo bajo la presidencia de Alberto Núñez Feijóo en el Partido Popular. Italia, que sería el otro caso, no es lo mismo, porque ahí el PP ya era un partido ultra,no convencional, cuando pactó con los neofascistas de Giorgia Meloni: era la vieja Forza Italia del recién fallecido Silvio Berlusconi.

El acuerdo de Gobierno entre los populares valencianos y Vox es el primero del que Feijóo resulta ser plenamente responsable. Es cierto que desde el 22 de abril del año pasado también existe otro de igual factura en Castilla y León. Y ya hacía veinte días que el expresidente gallego había sido encumbrado a la jefatura del PP fundado por Manuel Fraga. Pero podía alegar –aunque fuese una mala excusa-- que se negoció cuando él aún estaba mareando la perdiz, conspirando contra Pablo Casado. Y disimular como que la cosa no iba con él, ausentándose de la toma de posesión.

Ahora ya no es así. El jefe del PP valenciano, Carlos Mazón se ha apresurado a declarar: “Feijóo me ha felicitado”. Feijóo es, pues, el líder nacional que incorpora a sus ejecutivos al parafascismo. Justo lo contrario de lo que hace el otro gran grupo del PP. El alemán Friedrich Merz, sucesor de Angela Merkel y mucho más derechista que la excanciller declaró hace una semana: “Mientras yo lidere mi partido no habrá ningún tipo de cooperación con esa formación”, Alternativa para Alemania. La parienta de Vox. Pero Merz tiene principios. Feijóo, solo intereses. Y decía que era moderado.