El CNI busca el relevo generacional: estos son los requisitos para los jóvenes que quieran ser espías

Casi la mitad de los universitarios consultados estarían interesados en trabajar en un servicio de inteligencia, según un estudio de dos profesores de las universidades de Cádiz y Leiden. Los perfiles más conservadores muestran más predisposición a entrar en el CNI que los progresistas

Ni con gafas oscuras y gabardina, ni con "un martini agitado, no revuelto", como James Bond ni saltando de un avión como el Ethan Hunt encarnado por Tom Cruise de Misión Imposible. El espía del siglo XXI es un funcionario del Estado, un servidor público sometido a una regulación especial y que desarrolla un trabajo importante, pero más rutinario y menos llamativo de lo que nos muestra el cine o la literatura. Una visión algo menos romántica pero que no resta interés a una posible salida laboral tanto en la administración como en el sector privado. El estudio '¿Quién quiere ser el próximo James Bond o Anna Chapman?' se ha propuesto medir el grado de conocimiento y de interés de los universitarios españoles sobre el funcionamiento del Centro Nacional de Inteligencia. "Para ello hemos preguntado a 2.888 alumnos de treinta universidades y medio centenar de titulaciones y de ellos casi la mitad ha respondido afirmativamente a la pregunta de si trabajaría en el CNI de reunir las aptitudes necesarias", nos ha contado en La Ventana uno de los autores de este estudio, Antonio Díaz, profesor de Criminología y Seguridad de la Universidad de Cádiz.

"En realidad, son requisitos muy comunes a los que se puede demandar de un joven profesional en muchos otros campos"

"Sorprendentemente, los universitarios españoles tienen clara la diferencia entre la realidad y los tópicos y no caen en los consabidos clichés sobre la figura de los espías. El 87% responde que esos tópicos no tienen nada que ver con el trabajo del espía del siglo XXI", explica. Aunque se ha preguntado a alumnos de todas las ramas del conocimiento para evitar sesgos, las respuestas apuntan con claridad que los más interesados en trabajar en servicios de inteligencia son los alumnos de Criminología y Relaciones Internacionales. "Por el contrario, los estudiantes de Traducción, Ciencia Política o Humanidades no muestran predisposición hacia este campo", cuenta Díaz.

Entre los alumnos de Informática y Ciencia Computacional sí hemos visto bastante interés, probablemente por el gran prestigio que tiene el Centro Criptológico nacional. Esa destreza en perfiles tecnológicos, unida al conocimiento de idiomas, la capacidad de trabajar en equipo, la lealtad y la discreción son algunas de las aptitudes que debería tener un profesional de un servicio de inteligencia. "En realidad, son requisitos muy comunes a los que se puede demandar de un joven profesional en muchos otros campos".

La discreción en todo caso sí que es un plus: "A la hora de compartir o no qué profesión tienes yo creo que hay que aplicar sobre todo el sentido común. Es obvio que si vas a tener horarios raros o viajar mucho, puede resultar lógico explicárselo a tu pareja pero no divulgarlo en ámbitos de meros conocidos".

El autor de este estudio considera que el campo de la inteligencia abre muchas perspectivas laborales de futuro

Más allá del encaje en cuestiones de jerarquía o protección de la privacidad, el estudio ha constatado una mayor predisposición a trabajar en el CNI entre aquellos estudiantes que tienen altas dosis de confianza en el funcionamiento del estado y las instituciones. "¡Y desde el punto de vista ideológico, quienes se definen como conservadores muestran ligeramente más interés, pero tampoco es algo demasiado destacable estadísticamente", apunta Díaz.

El autor de este estudio considera que el campo de la inteligencia abre muchas perspectivas laborales de futuro. "Hay muchas empresas del sector privado que demandan perfiles de este tipo que les permita análisis más certeros y sobre capacidad de anticipación en la toma de decisiones2.

Descartada la gabardina, el periódico y el martini, "descubrir hoy a simple vista a un espía es tarea imposible. Yo desde luego no podría. Son y deben ser miembros de la sociedad y en ese sentido deben pasar desapercibidos pero no por ocultarse sino porque son unos ciudadanos más. De hecho deben serlo para poder comprender y hacer bien su trabajo en la sociedad en la que viven". El estudio no apunta una crisis reputacional del sector. "Un 65% de los universitarios consultados sitúa al CNI entre los cinco mejores servicios de inteligencia del mundo".