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José Cobo, nuevo arzobispo de Madrid: "Dios no es Harry Potter. No soluciona, acompaña"

El líder de la archidiócesis más importante de España releva al cardenal Carlos Osoro

Cambios en la archidiócesis de Madrid, la que posee más feligreses en toda España. El cardenal Carlos Osoro, de 78 años, se retira como arzobispo de la iglesia madrileña y le sustituirá José Cobo Cano, hasta ahora obispo auxiliar. El prelado comenzará su mandato el próximo 8 de julio. Cano sustituye al conocido popularmente como el hombre del papa Francisco, por su visión aperturista de la Iglesia. El nuevo arzobispo también ha sido elegido por el papa y pretende seguir el modelo que inauguró Osoro. José Cobo ha pasado por los micrófonos de la Cadena SER, en Hora 25 con Aimar Bretos.

Las entrevistas de Aimar | José Cobo, nuevo arzobispo de Madrid

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Su nombramiento como arzobispo

Te llama un número desconocido, que dices, no sé si me van a vender algo, pero de estas cosas que dices voy a descolgarlo y te llama el nuncio, te comunica después, te pasa una nota del Papa y te da un tiempo para que lo pienses. Eso es lo malo, porque la primera emoción que tiene uno es decir "no", pero en ese tiempo de pensarlo y madurarlo te acuerdas de la gente, de muchos curas que he tenido mayores y he dicho "qué me dirían" y gracias a ellos he dicho voy a fiarme del Papa, del espíritu que ha movido el Papa y fiarme de tanta gente buena que Dios usará para seguir adelante.

Quiero preguntarle al papa que espera de mí. Tiene un gran conocimiento, plural, activo y diario. El Vaticano tiene mucha información y, a la hora de decidir, llegan muchos informes. El papa busca alguien que haya sido cura mucho tiempo. Cuando fui nombrado obispo, hace 5 años, tuvimos un curso de formación. Cuando llegamos ahí los tres que pertenecíamos a la última hornada, estábamos con todos los obispos nuevos de todo el mundo. Con más de cien personas. Allí les dijimos, nosotros no somos catedráticos, ni hemos escrito libros ni nada. Lo único que sabemos es ser curas. ¿Qué pide de nosotros?. Y él lo que dijo fue: precisamente quiero obispos pastores que se hayan curtido en la pastoral. Quiero gente no que se haga mejor, sino que pueda llevar a la gente a tomar decisiones juntos.

Sus contactos con el papa

Todavía no he hablado con él. Está en el hospital, sé que está con buen ánimo y tomando decisiones, de cabeza está bien gobierna con eso. Espero encontrarme con él a finales de mes, una celebración que hay el día de San Pedro donde nos entrega el palio, un signo de arzobispos.

¿El celibato crea monstruos?

No. Para mí el celibato, en un mundo que a veces está pansexualizado, es revolucionario también. Para decir que la sexualidad se puede vivir de otra forma. La experiencia de fe nos puede llevar también a vivir, a ofrecernos y entregar la vida de otra manera. Es una bendición dentro de la Iglesia.

¿El arzobispado es un marrón?

Es un servicio y así lo tomo yo. Cuando dicen 'no esto es un ascenso', yo no sé qué es un ascenso. El Obispo no es un superhéroe ni un superjefe, es alguien que sirve. Y servir para la Iglesia en madrid, con la grandeza que tiene. En madrid hay más de 2.000 curas. Más que Juego de Tronos, esto es una familia, en la que estamos convocados a llevarnos bien y cada uno tenemos nuestro color y cada uno tenemos nuestra pedrá. Mi pedrá ahora mismo es conciliar e intentar poner mesa para que nos escuchemos unos y otros.

La situación de la Iglesia en Madrid

No creo que haya mucho polvo que barrer, creo que todos somos muy pecadores. Lo que hay que hacer son procesos de conversión. Para empezar algo, para hacer algo lo primero, la misa las empezamos siempre, lo primero que se hace es 'vamos a pedir perdón'. Más que polvo hay pecado y metemos la pata mil veces y hacemos lo que nosotros queremos y no se lo preguntamos a Dios, que es la tarea del cristiano. En Madrid hay más de 2.000 curas. 176 parroquias, más colegios, hospitales, lugares de caridad, todo está ahí. Somos muy plurales.

¿Proceso de cambio en la Iglesia?

La Iglesia comenzó un giro muy importante en el concilio. Ese fue el giro, pero digerir el concilio es una gestión que cuesta muchos años. La Iglesia tiene mucho tiempo, no es una empresa que se haya inventado. Es una organización con mucha tralla y mucha historia. Desde que está el concilio, ha habido muchos procesos de transformación. Cuando llega el papa Francisco nos dijo: ya es el momento. La digestión está hecha y es el momento de hacer transformaciones pastorales evidentes. Y las ha ido desarrollando.

La primera transformación fue con la fe. Vamos a identificarnos como lo que somos, creyentes. Creyentes que estamos en este mundo pensando en las cosas importantes que no se ven, el amor el cariño la fe, y vamos para la vida eterna. Esto en una sociedad que no nos entiende. La segunda fue cuando el papa dijo que vamos a una misión y a una alegría del evangelio. Que sea nuestra hoja de ruta. Vamos a ser misioneros y vamos a anunciar el evangelio. La iglesia no está para mirarnos el ombligo, sino para decir: qué nos está pidiendo dios que hagamos ahora fuera de nosotros. Después nos convoca y nos dice: cuidado, que estamos en una casa que es de todos. Y que no nos hacemos a nosotros mismos, sino que somos criaturas de dios, en un mundo creado por dios.

A continuación nos dice que esto se hace a través de la fraternidad. Los cristianos podemos anunciar que merece la pena ser hermanos. Que yo no me hago a mi mismo, pero me hago con una persona que se relaciona.

Contrarreacción conservadora contra el Papa Francisco

Sí la habido, como en cualquier familia. Introducir cambios en la Iglesia, donde hay gran debate continuamente, no hay el mismo color y no pensamos todos lo mismo. Hay gente que puede decir 'en este proceso yo lo haría de otra manera', pero ahí tenemos la autoridad del Papa.

Sí (estoy alineado con las tesis del Papa), sino, no sería católico. Igual que estuve aliado cuando Benedicto. Lo bueno es tener el corazón abierto y decir que yo no soy el último que tiene la palabra.

(En cuanto a las quejas que haya podido recibir el Papa por no hacer más avances progresistas) La Iglesia no va a bandazos. Yo creo que como en toda institución o familia tiene sus ritmos propios. Cuando queremos hacerlo todo juntos no hay que ir al ritmo del último o el primero, hay que aguardar tiempos para ir juntos, cuando se va juntos es va más lento pero sin divisiones. Cuando empezamos por modas o bandos se pueden tomar decisiones que no son buenas.

El matrimonio homosexual

No casaría a dos gays. Pero no por casarles. Según la Iglesia en su tradición y forma de ver la vida, yo creo que el matrimonio es para el hombre y la mujer, en cuanto está así creado, el don del matrimonio, mirado cristianamente, se basa en la complementariedad entre el hombre y la mujer. Si quiere ser creyentes, yo acogería y acojo a todos.

Una eucaristía para esos gays católicos. Una eucaristía para celebrar un matrimonio no. Cuando los cristianos celebramos lo hacemos con pautas histórica. Ahora mismo no. No en sacramento, que tiene una consistencia, una tradición y lo hemos sostenido y se sostiene así mismo. El sacramento tiene unas pautas, y la relación entre dos personas tiene otras pautas. El problema de esto es que la tradición de la Iglesia se tiene que pegar con la tradición de este momento, propongo un diálogo, pero no tiene que asumir acríticamente las nuevas antropologías que van surgiendo, podemos dialogar con ellas pero no las tenemos que asumir. Yo pido que la sociedad respete nuestra tradición y el sistema de entender un sacramento, el matrimonio como tal. Acompañamos a un montón de gente y que hacemos procesos con ellos. Ahí no está el problema. Tenemos que acompañar a una persona que está buscando su identidad y quiere vivirlo en la fe, nosotros le podemos acompañar y que sea feliz, pero no que le demos etiquetas. En nuestras parroquias, antes de decir sacramento sí o sacramento no, decimos 'puerta abierta y contigo estamos a muerte'.

Sobre su vida de joven

Vine a Madrid pequeñito, con 7 añitos. Yo soy de Jaén. Vinimos como todos aquellos que venían al barrio de Usera. Venía asustado, con el acento del Jaén profundo. Me queda algo cuando hablo con mis padres, cuando llamo a mis padres me sale el acento. Nos vinimos y ya me crié en Madrid. Estudié Derecho, estuve en una parroquía, en los Salesiamos de Atocha. Y yo ya en ese momento, al estar con los colegas y en la parroquía, algo me decía 'qué bien entregar la vida de otra manera'. Decía ' aquí se puede hacer algo más'. Fue un proceso interior de oración, de decir 'Dios mio que quieres de mí y cómo me vas a hacer más feliz' y fui conociendo por personas de mi alrededor, 'por qué no te metes a cura' y ahí, después de estudiar derecho entré en el seminario. Me influyeron mucho mis experiencias con gente del barrio más marginal, eso me marcó desde el principio, me hizo descubrir el evangelio de otra manera.

Su trabajo en proyecto hombre y en las cárceles

Para mí es algo natural. Cuando me topo con la fe, pienso que es para hacer feliz a la gente, especialmente a los vulnerables. La fe me empujaba a conocer esa realidad. No porque pensase que les podía dar algo, sino por poder ponerme en sus ojos y ver la vida desde ahí. Aprender a verla desde las madres que sus hijos se morían con el caballo, en aquellos años muy duros. También estuve como seminarista en Vallecas y veía a madres que habían perdido a sus hijos y les tenían en la carcel. Merece la pena ver la vida desde gente tan sencilla. Te da una humanidad y una forma de vivir que yo siempe me digo: dios está aquí.

¿Es más fácil ser creyente si tienes mas poder adquisitivo?

Yo creo que a cada uno dios nos toca en la pieza que más nos merece. Pero desde luego, la gente mas sencilla, que lo pasa mal, me ha dado unas lecciones de fe, de vida y humanidad impresionantes. Una de ellas la protagoniza Juana. Una señora que etsaba en la parroquia, de negro, que parecía que tenía 80 años y tenía 60. Iba a la parroquia y se sentaba delante del sagrario. Entonces nos reíamos un poco porque todos los días llegaba y decía: "Ay", y provocaba risas entre todos. Un mes después, me encontré a Juana y me dijo que se le habían muerto cinco hijos de sida, el marido la maltrataba. Pero yo vengo aquí y delante del señor es con quien me desahogo. Yo pensé, cómo dios da fortaleza a esta mujer. Juana se convirtió para mi en un icono de fortaleza.

¿Cómo Dios permite que mueran los cinco hijos de Juana y su marido le pegue?

Y cómo Dios permite que su hijo muriera en una cruz. Porque se queda, porque Dios ha pasado por la vida de Juana y creo que profundamente que nuestro Dios no es Harry Potter, que viene solucionando, sino que hace una cosa que solo puede hacer Dios, cuando estamos mal, él se queda ahí y eso lo he visto muchas veces. Por eso sé que los pobres y los últimos son los primeros que nos van a enseñar la fe.

¿Qué hará si se topa con un caso de abusos sexuales?

Pues lo que hemos hecho, denunciar, aplicar el protocolo, escuchar a la víctimas. Desde hace cuatro años, que tuvimos una intuición, el Cardenal Ossorio abrió esa espita? y es el iniciar un proyecto de acompañamiento a cualquier víctima y que supiera que la Iglesia la defiende. He pasado por experiencias, pidiendo perdón a víctimas en nombre de la Iglesia y que acompañádoles a que hicieran su narración. Lo primero que haría es sentarme con la víctima y creerla, y con ella escuchar su proceso, y su llanto y decir que la Iglesia está con ella y que vamos a intentar hacer un proceso de sanación y curación. Eso nos ha llevado a cambiar muchas cosas, también mentalidades. Ir trabajando por todos aquellos indices y atisbos de abusos de poder, trabajando en torno a la formación de nuestros agentes y explicar a la sociedad que no puede dejar de escuchar el dolor de las víctimas, que cada vez son más.

Efectivamente estamos perplejos (con la no colaboración de algunas diócesis). La diócesis de Madrid desde el principio estamos dando las cifras, lo que nos encontramos de los casos, vamos haciendo una investigación. La transparencia para nosotros es una prioridad.

¿Un cura abusador merece el perdón?

La Iglesia nunca niega el perdón. Nunca. Jesús dio el perdón al que le estaba matando. El único poder que tiene la Iglesia es el perdón, no hay otro. La Iglesia no tiene dinero, por mucho que digan. Los que vivimos el día a día y nos estamos entregando sabemos que nuestro poder es perdonar. Es una línea roja que no podemos pasar nunca. Todo el mundo merece el perdón. Cuando trabajaba en las carceles, he visto gente que, en momentos de su vida, ha actuado de una manera determinada, pero ha sabido reconducir sin olvidar lo que han hecho y siendo consciente. La gente vive con sus heridas pero puede encontrar esperanza.

¿Está la fe por encima de todo?

Sí, porque yo no entiendo la vida, yo ahora mismo cuando era más joven me parecía que la vida me asfixiaba un poco, se me quedaba pequeña, todos tenemos experiencia cuando acompañamos a gente, la soledad que tenemos y cuando tienes que afrontar los vacíos de tu vida y yo buscaba y encontré en la fe de la gente que tenía a mi alrededor que se podía respirar, que Dios me ayudaba a respirar y eso me salió de todo ese proceso de asfixia y me puso en el proceso de entender el evangelio.(Perder la fe de forma transitoria) Yo creo que no es perder la fe. hay momentos en los que se oscurece, que cuesta ver a Dios, hay momentos en los que uno se siente un poco abatido, pero también son momentos necesarios, es como en el amor o en las parejas, a veces la separación nos hace valorar más los momentos de acercamiento.

¿Ha pensado sobre cómo sería su vida si no fuese cura?

Lo he pensado, pero he estado muy agusto donde estoy. Cuando salí del seminario estuve hasta el cuello metido en una parroquia, he disfrutado mucho y disfruto mucho, el estado trabajando para la gente, dedicarte a la gente desde la mañana a la noche... Se te va la vida en eso y es apasionante.

No te puedo decir cuál fue mi primera medida en la diósecis porque no lo sé. Es algo tengo claro es que no soy un Superman ni soy el punto centro de la diócesis. Tengo claro que tengo que acompañar a la gente para que juntos hagamos ese gesto, que no sea solo idea mia. Lo primero que voy a hacer es generar equipos de trabajo para ver qué gesto hay que hacer. Lo único que voy a hacer, es primicia, quiero ir la primera celebración que haga como arzobiscpo al pueblo más pequeño de la diócesis, en Aoslos.

¿Qué radio escucha?

Escucho todas las radios. Recuerdo un profesor que me dijo 'teme al hombre de un solo periódico', pues yo digo, 'teme al hombre de una sola radio'. Según qué día, meticulosamente, voy cambiando cada mañana voy escuchando una emisora.

 
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