La ONU acusa a Rusia de generalizar la tortura de civiles en Ucrania
Naciones Unidas envía una carta al gobierno de Putin en la que detalla todo tipo de abusos cometidos por las tropas rusas, así como sus consecuencias físicas y psicológicas
La ONU ha recopilado pruebas y testimonios del uso deliberado y constante de la tortura por parte de soldados rusos contra prisioneros de guerra y civiles en Ucrania. Así lo detalla la la Relatora Especial de las Naciones Unidas sobre la Tortura, Alice Jill Edwards, en una carta firmada junto a un grupo de expertos de Naciones Unidas que ha remitido a Rusia, y cuyo contenido ha hecho público la organización.
En el documento, la relatora explica que Rusia utiliza métodos como descargas eléctricas, palizas, simulacros de ejecución o amenazas de muerte para forzar confesiones de detenidos o por el simple hecho de que éstos sean militares ucranianos o hayan colaborado con el ejército de ese país. "Esas prácticas constituyen violaciones de los derechos individuales y pueden suponer un patrón de tortura protegido por el Estado", avisa Jill Edwards.
Las sospechas de tortura suponen un nivel de coordinación y planificación que indican que son una política deliberada o tolerada por las autoridades
— Alice Jill Edwards, Relatora Especial de las Naciones Unidas sobre la Tortura
Los expertos de Naciones Unidas detallan además que los prisioneros están siendo retenidos en condiciones inadecuadas dentro de complejos militares que Rusia ha dispuesto en el interior de Ucrania. "Obedecer órdenes de un superior no es una excusa para justificar la tortura, y cualquier persona involucrada debería ser investigada y perseguida por autoridades independientes", concluye Jill Edwards.
Daños físicos y psicológicos
Los testimonios recogidos por Naciones Unidas vienen acompañados de la confirmación del impacto físico y emocional que la tortura está teniendo en los ucranianos detenidos.
La relatora detalla que entre esas consecuencias se encuentran "traumas psicológicos, alucinaciones, daño a órganos internos, fracturas óseas, pérdida extrema de peso, pérdida de sensibilidad y movilidad, infartos y empeoramiento de enfermedades crónicas". Todo ello acompañado de relatos de prisioneros que confirman que no han recibido atención médica adecuada durante su detención.
"Cuanto más se está alargando la guerra, más testimonios de tortura y de otros tipos de tratamiento inhumano conocemos", termina la carta, y Jill Edwards lamenta que esta realidad dificulta la posibilidad de que haya una paz duradera o siquiera una posible reconciliación entre países vecinos.
La relatora de la ONU visitará Ucrania próximamente para recopilar más pruebas de estas denuncias.
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Antonio Martín
Redactor de la sección de Internacional. Se incorporó...