Lane Greene: "A veces hay que utilizar palabras feas para que la historia te golpee y no minimizar los hechos"
El periodista es corresponsal de "The Economist" en España, columnista sobre lingüística y autor del libro de estilo: "Writing with style: The Economist Guide"
Fijar los pilares del lenguaje
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Madrid
El lenguaje evoluciona constantemente en cualquier idioma. La política y, en general, la cultura forman parte de esa transformación. Las palabras, y el modo de comunicarnos, representan en su conjunto parte de la sociedad y, junto al origen, las tradiciones y tendencias políticas, también participan en esa metamorfosis lingüística que finalmente nos diferencia.
Lane Greene es periodista corresponsal en España, autor del libro de estilo de "The Economist" y es la tercera persona que ejerce el papel de jefe de estilo. En esta ocasión la idea era la de presentar "una edición completa que pudiera mostrar una filosofía de estilo actualizada, del siglo XXI". El objetivo final de este libro es el de "dar a conocer al mundo qué pensamos de las palabras, de las frases, de la gramática, del uso que hacemos del lenguaje en general". Sin embargo, Greene resalta que lo más importante es "hablar de forma clara".
Aprender un lenguaje es hacerlo también sobre un país y la forma en la que se comportan quiénes lo habitan. El periodista reconoce que "el periodismo español tiene un lenguaje particular" y que "cuando llegas a Españas tienes que saber que al partido político Podemos se le llama así una vez, pero a la siguiente quizá se le dice los morados". Esta tendencia responde a una regla muy estricta que existe en otros idiomas también y que hace hincapié en que no se pueden repetir palabras "aunque a veces hagamos cosas absurdas para evitarlo", añade el corresponsal de "The Economist".
Lane Greene mantiene que en cuestiones de estilo es importante, por un lado, "evitar llamar a las cosas de forma abstracta" y, por otro lado, "intentar usar palabras comunes, las que utiliza la gente para hablar normalmente". Este hecho explica, según Greene, que en algunas ocasiones "es necesario usar palabras feas para que la historia golpee, por ejemplo cuando escribes sobre violencia, guerra, pobreza... Ya que en esos casos no se pueden minimizar los hechos de los que estamos hablando".
El lenguaje va acompañado de los gestos, del movimiento corporal, las manos o el tono de voz y esto difiere mucho de una cultura a otra, lo que supone que "no solo hay que aprender expresiones verbales, hay que conocer la cultura". El uso de enunciados como “por favor” y “gracias”, el modo en el que nos dirigimos a clientes y profesionales, el saludo y la despedida en una conversación, son algunos de esos rasgos que conforman el lenguaje de una zona. El periodista puntualiza que "hay que leerlo todo para entender realmente un país, hay que viajar y salir, en este caso de Madrid". La diversidad lingüística de un territorio se entiende recorriendo los lugares que lo forman y Greene asegura que es algo que "le encanta de España", aunque entiende "el concepto de nación y la carga que tiene". El corresponsal justifica esto último analizando que "hay personas que creen que lo determinante en una nación es que haya una tierra, una lengua y una bandera...".
Greene confirma la idea generalizada de que los españoles no somos los mejores hablantes de inglés. Sin embargo, el periodista explica que este hecho responde a la amplia variedad de oferta musical, cinematográfica, cultural y de ocio que hay en español. "Esto diferencia a los españoles de, por ejemplo, los suecos" ya que en España "no hay necesidad de aprender otros idiomas porque puedes vivir una vida muy amplia en español".