Al menos 46 mujeres muertas en el incendio y el motín de una cárcel de Honduras
Las maras 18 y Salvatrucha llevan años disputándose el control del narcotráfico en Centro América
Al menos 46 mujeres han muerto a causa del incendio originado durante un motín en el Centro Femenino de Adaptación Social (Cefas), situado a Tegucigalpa, la capital de Honduras. La incertidumbre ha llevado a decenas de familiares de las reclusas a manifestarse frente al centro o frente a la morgue de la ciudad, exigiendo más información sobre lo sucedido.
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Fuentes oficiales han confirmado que las labores de identificación continúan, pero que avanzan despacio porque muchos cuerpos han quedado irreconocibles o están totalmente calcinados.
Un portavoz de la Policía ha explicado en televisión que el motín empezó cuando en el centro, con capacidad para 900 reclusas, integrantes armadas de la Mara 18 atacaron a los guardas de la prisión y a mujeres de su banda rival, la Mara Salvatrucha (M13). Ambas organizaciones, surgidas en Los Ángeles (EEUU), llevan años disputándose territorios para el control del narcotráfico, convirtiendo Centro América en uno de los lugares más peligrosos del mundo.
Lucha contra las maras
Honduras lleva meses aplicando medidas penitenciarias similares a las que ya se han aplicado en El Salvador. Medidas controvertidas, aprobadas bajo el estado de excepción, que suspenden derechos constitucionales y rebajan los requisitos para que la Policía puede efectuar detenciones.
La presidenta de Honduras, Xiomara Castro, se ha mostrado "conmocionada" por el "monstruoso asesinato" de las más de 40 mujeres en Cefas, un hecho que considera "planificado por maras (pandillas) a vista y paciencia de autoridades de seguridad". Castro ya ha destituido al ministro de Seguridad, Ramón Sabillón, reemplazándole por el hasta ahora director de la Policía Nacional, Gustavo Sánchez.
"Mi solidaridad con familiares. Convoco a rendir cuentas al Ministro de Seguridad y la presidenta de la Comisión Interventora. ¡Tomaré medidas drásticas!", señalaba Castro tras conocer la tragedia.
"Cómplice por omisión"
Cinco grupos de Medicina Forense, dos de la Fiscalía Especial de Delitos Contra la Vida, uno de la Fiscalía Especial de Derechos Humanos y otro de la Fiscalía de Turno coordinan los trabajos de procesamiento de las escenas del crimen, así como el levantamiento de los cadáveres.
"Esto demuestra la gran escalada conspirativa contra Xiomara Castro de las fuerzas oscuras que convirtieron a Honduras en un narcoestado", ha asegurado el canciller hondureño, Eduardo Enrique Reina.
"El Estado se convierte en un cómplice por omisión porque no cumple con su labor de garantizar la vida de los internos", ha asegurado a EFE el consultor Raúl Pineda, refiriéndose las múltiples matanzas que se han registrado en varias cárceles del país en el presente siglo, que han dejado centenares de muertos.