La mezquita de Mosul resurge seis años después de su demolición por el Dáesh
La Cadena SER visita las obras de reconstrucción de la UNESCO de la mezquita de Al Nouri en Mosul
La mezquita de Mosul resurge seis años después de su demolición por el Dáesh
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Mosul (Irak)
Donde hace justo seis años no había más que toneladas de escombros, hoy se elevan las grúas de construcción, y el trajín de los Toyotas de los yihadistas ha dado paso al de los camiones de obra. El ruido de las armas, al de las sierras radiales. La reconstrucción de la mezquita de Al Nouri (Mosul), una de las más importantes de Irak, se ha convertido en un símbolo de la recuperación del país tras la caída del Dáesh. Mosul fue la capital del califato y esta mezquita el símbolo religioso más importante del pseudo estado que puso en jaque a medio mundo. Porque aquí, en 2014, el líder terrorista, Abu Bakr al Bagdadi, proclamó su régimen de terror.
Hay andamios por todas partes, hormigoneras y un centenar de piezas de mármol de gran tamaño que datan de 1173, cuando se construyó la mezquita original, y que van a ser dispuesta en su emplazamiento original en la sala de oración. "Para los ladrillos, hemos recuperado todos los originales que hemos encontrado, sobre todo para la decoración exterior. Para la parte interna, vamos a utilizar nuevos, pero que son una réplica de los originales. Solo vamos a utilizar hormigón para los cimientos. El resto se hará solo con mortero, piedra y ladrillos", explica Omar Taqa, que a pesar de tener solo 31 años, es el ingeniero jefe del equipo internacional que lidera la reconstrucción.
Las huellas de esa batalla entre la coalición internacional y el grupo terrorista siguen presentes en la ciudad. En cada manzana, edificios derruidos, en cada puerta; marcas de balas. De la mezquita solo quedó la cúpula azul celeste mordida por las bombas. Porque el Dáesh, viéndose acorralado, cometió una última atrocidad contra Mosul: la voló completamente por los aires. Como ciudadano de Mosul, Taqa había venido varias veces antes de la destrucción del edificio. "La primera vez que vine después de la voladura fue en 2019, con parte del equipo. Fue muy duro. Aunque vivo en el otro lado de la ciudad, podía ver el minarete todos los días", señala.
La reconstrucción es una tarea difícil porque solo quedaron en pie algunas partes. Ahora están trabajando en el minarete. Conocido como "el jorobado" de Mosul. Estaba inclinado 3,5 grados, algo menos que la torre de Pisa. Hay dos leyendas dependiendo de a quién se le pregunte por esa inclinación. Para los musulmanes, el minarete se inclinó en señal de reverencia después de que Mahoma pasara sobre el mientras ascendía al cielo. Para los cristianos, la inclinación miraba en dirección a la supuesta tumba de la Virgen María, en la ciudad vecina de Erbil.
El ingeniero jefe no entra en las leyendas, sino en detalles más prosaicos. "Acabamos de terminar la fase 1 de la reconstrucción del minarete, que ha sido la recuperación de las partes que no estaban dañadas", cuenta. Ahora empiezan la segunda: construir los nuevos cimientos del minarete. Lo harán con hormigón, para garantizar su estabilidad, pero el resto será una suma de piezas originales y copias. En la fabricación de los ladrillos y de los nuevos bloques de piedra han participado canteros y albañiles locales: "Queremos mostrarle al mundo que podemos reconstruir el minarete como entonces, con ladrillos y con piedras, sin utilizar hormigón", explica con orgullo. Mantendrán la inclinación del minarete, aunque con el objetivo de que sea más segura, será fingida y no estructural.
El 90% de los trabajadores del proyecto son locales. "Es un honor para nosotros. Para mí y para todos los que trabajamos aquí. Estamos muy comprometidos para tenerlo hecho a tiempo. La empresa, el Gobierno, la UNESCO. Tenemos ganas de terminar y de que la gente pueda disfrutar de lo que hemos hecho aquí". Está previsto que a finales de 2023 se pueda visitar el complejo, y que el minarete, según el calendario, esté terminado a final de 2024.