El Kremlin cierra la causa penal contra Prigozhin a cambio de marcharse a Bielorrusia y acabar con la rebelión
El aumento de la tensión ha provocado que las tropas de Prigozhin se hayan puesto camino a la capital rusa para combatir contra el Kremlin aunque finalmente han dado media vuelta para volver a sus bases y evitar muertes en el país
Madrid
El jefe del grupo Wagner declarado en rebeldía contra el Kremlin, Yevguéni Prigozhin, se ha dirigido con sus tropas hacia Moscú, tras anunciar este sábado tener bajo control el Estado Mayor de las fuerzas rusas en la ciudad de Rostov, aunque finalmente ha frenado el avance para evitar "derramar sangre".
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"Ahora ha llegado el momento en que se podría derramar sangre rusa. Por eso comprendemos la responsabilidad este derramamiento de sangre rusa de una de las partes y vamos a dar marcha atrás a nuestros convoyes y a regresar a los campamentos según el plan", ha escrito el líder de los mercenarios en Telegram.
Además, el Kremlin, horas después de la decisión de Wagner, ha confirmado que cerrará la causa penal contra el líder del grupo paramilitar y que no procesará a ningún mercenario por la escalda de tensión que se inició la noche del viernes. Además, Prigozhin se marchará de Rusia para asentarse en Bielorrusia.
El presidente de Bielorrusia, Aleksandr Lukashenko, de acuerdo con Putin, ha tenido una conversación durante la tarde de este sábado con Prigozhin que podría haber servido de ayuda para mediar entre ambos y frenar el avance de las tropas de Wagner.
Poco después del mediodía (hora peninsular), el gobernador de la región rusa de Lipetsk, Igor Artamonov, confirmaba la entrada de unidades del grupo de mercenarios Wagner en el territorio, cuya capital homónima se encuentra a unos 360 kilómetros al sur de Moscú, destino final del contingente. Ha sido aquí cuando en Moscú han sonado las alarmas y el alcalde la capital ha decidido cancelar los eventos multitudinarios, declarar el lunes como día no laborable y ha pedido a los ciudadanos que se abstengan de viajar por la ciudad ante el aumento de la tensión.
Las alarmas también han sonado en Estados Unidos, donde el secretario de Estado, Antony Blinken, se ha puesto en contacto con los Ministros de Relaciones Exteriores del G7 y el Alto Representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad "para discutir la situación actual en Rusia". "Estados Unidos se mantendrá en estrecha coordinación con los Aliados y socios a medida que la situación continúe desarrollándose", ha escrito en un tuit en su perfil oficial de Twitter.
En declaraciones durante la mañana de este sábado, el líder de Wagner ha acusado a Putin de estar "equivocado" al decidir hacerle frente a él y sus hombres y de mantener la mentira, la corrupción y la burocracia en el país. "Somos patriotas de nuestra patria", le ha dicho directamente al presidente ruso. "Ninguno de nosotros va a plegarse a las demandas del presidente del Servicio Federal de Seguridad ni de nadie más", afirmó en un comunicado.
Ha sido aquí cuando varias unidades se han puesto camino a Moscú apodando el movimiento como "marcha por justicia", formando una hilera de tanques y camiones. "Estamos en el Estado Mayor, 7:30 hora de Moscú (04:30 GMT), controlamos las instalaciones militares de Rostov, incluyendo el aeródromo", afirmó en un vídeo publicado en su cuenta de Telegram al llegar a Rostov.
Ruptura entre Rusia y el grupo Wagner
Meses de tensión entre Yevgeni Prigozhin y la cúpula del Ejército ruso sobre el desarrollo de la guerra de Ucrania han terminado por explotar en las últimas horas con la entrada del jefe del grupo de mercenarios Wagner en la ciudad rusa de Rostov, sede del mando militar sur, mientras desde Moscú se ha abierto una causa penal en su contra por incitar a la rebelión armada, en lo que se trata de la mayor crisis interna a la que se enfrenta el Gobierno de Vladimir Putin desde el comienzo de la invasión del territorio ucraniano en febrero del año pasado.
Además, ha acusado a las más altas autoridades del país de espoliar los recursos que destina el grupo de mercenarios a las misiones que mantienen en el continente africano y en Ucrania. "Resultó que la munición, las armas y todo el dinero que estaba destinado a ellos (Wagner) también había sido saqueado", se ha denunciado.
Durante la tarde del viernes Wagner anunciaba el comienzo de una operación para dirigirse a Rostov, sede del mando sur y donde supuestamente se encontraba Shoigu en ese momento, según el grupo, para pedir explicaciones de lo ocurrido al ministro de Defensa. "Esto no es un golpe militar. Esta es una marcha por la justicia", zanjó el grupo mientras el Kremlin lanzaba la primera reacción contra Prigozhin: la apertura de una causa penal en su contra por incitar a la rebelión armada, un delito que podría ser castigado con hasta 20 años de cárcel.
Poco después, nombres tan destacados como el del principal comandante de las fuerzas rusas en Ucrania, Sergei Surovikin, comparecían en las redes sociales para exigir a los mercenarios que cesaran en su avance y "obedecieran la voluntad" del presidente Putin. "Nuestra sangre es la misma. Somos guerreros. Os pido que os detengáis porque el enemigo (Ucrania) está esperando que precisamente a que empeore la situación política interna de nuestro país", declaró Surovikin.
Esta reacción no intimidó en lo más mínimo a Prigozhin, quien aseguró en su anuncio de entrada en la ciudad que sus fuerzas habían sido recibidas como salvadores por la población y por las fuerzas rusas apostadas allí. "Las unidades del Ministerio de Defensa, o más bien reclutas a la fuerza, que bloqueaban nuestro paso se han echado a un lado, y los guardias fronterizos han abrazado a nuestros combatientes", manifestó.
Putin denuncia un acto de traición
Asimismo, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, ha denunciado este sábado un acto de "traición" tras la entrada del líder del grupo de mercenarios Wagner, Yevgeni Prigozhin, en la ciudad rusa de Rostov, sede del mando sur del Ejército ruso, que el mandatario ha descrito como un acto de rebeldía y una "puñalada por la espalda" a las tropas y al pueblo de Rusia.
En su primera comparecencia tras el comienzo de los incidentes esta pasada noche, Putin no ha identificado por nombre a Prigozhin y ha querido distinguir a las fuerzas de Wagner, al pedir a "quienes han sido empujados a la provocación de esta rebelión militar" que depongan las armas en lo que ha denunciado como una "puñalada" para las tropas rusas y para el pueblo.
"Cualquier agitación interna es una amenaza mortal para nuestro estado como nación; representa un golpe para Rusia, para nuestro pueblo y para las acciones que estamos emprendiendo para proteger a nuestra patria", ha declarado. "Nuestras acciones para defender a la patria de esta amenaza serán durísimas, y sus responsables serán llevados ante la justicia", ha asegurado el presidente ruso, quien no obstante ha confirmado que la situación en Rostov es "difícil" y que sus fuerzas están intentando ahora estabilizar la situación.