24 horas de tensión en Rusia que terminaron con la marcha atrás de Wagner y el ¿inminente? exilio de "el chef de Putin"
El grupo de mercenarios acusó al Kremlin de bombardearles e inició un avance hacia Moscú que duró a penas un día
Madrid
Todo comenzó la noche del viernes y terminó la noche del sábado. 24 horas de tensión entre Rusia y el grupo de mercenarios Wagner, que luchan en Ucrania contratados por Putin, que comenzaron con el grupo paramilitar acusando al país de haberles bombardeado. Ante esto, los mercenarios avanzaron hacia Moscú para combatir contra el Kremlin.
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Wagner asentó a sus tropas en las instalaciones militares de Rostov, incluyendo el aeródromo. "El presidente está sumamente equivocado. Somos patriotas de nuestra patria. Hemos luchado y seguiremos luchando. Todos los combatientes del Grupo Wagner. Y ninguno de nosotros va a plegarse a las demandas del presidente del FSB (Servicio Federal de Seguridad) ni de nadie más", afirmó Prigozhin, líder del grupo, en su cuenta en Telegram.
Con el avance de los mercenarios, comenzaron los rumores de que el presidente ruso, Vladimir Putin, habría abandonado Moscú, aunque el Kremlin salió rápido a negar la información. Conforme avanzó la jornada del sábado, el gobernador de la región rusa de Lipetsk, Igor Artamonov, confirmó la entrada de unidades del grupo de mercenarios Wagner en el territorio, cuya capital homónima se encuentra a unos 360 kilómetros al sur de Moscú.
Con el claro avance de Wagner, la región de Kaluga, situada 180 kilómetros al sur de Moscú, introdujo restricciones a los desplazamientos en respuesta a la rebelión del grupo armado. Le siguió Moscú, cuyo alcalde, Sergei Sobianin, lanzó un mensaje a la ciudadanía para pedir que no se desplazasen por la ciudad si no era necesario y declaró el lunes como día no laborable, además de aplicar el régimen de operación antiterrorista.
Bielorrusia, mediadora entre ambos bandos
El presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, lamentó la rebelión de Wagner como un "regalo para Occidente" y una receta para el "desastre". A pesar de que sus fuerzas han mantenido la neutralidad y Bielorrusia nunca ha atacado territorio ucraniano, su apoyo a Putin ha sido siempre total y absoluto hasta el punto de que el país ha terminado acogiendo armas nucleares tácticas rusas como elemento disuasorio.
Lukashenko conversó telefónicamente con el líder de Wagner y posteriormente con Putin donde medió entre ambos para poner fin a la rebelión del grupo paramilitar. Washington también informó de que Biden mantuvo conversaciones telefónicas con los máximos responsables de Francia, Emmanuel Macron; Alemania, Olaf Scholz, y Reino Unido, Rishi Sunak. "Los líderes han abordado la situación en Rusia. Han afirmado además su apoyo inquebrantable a Ucrania", explicó la Casa Blanca.
Tras las llamadas, el propio líder de los mercenarios, Yevguéni Prigozhin, comunicó en un mensaje en Telegram que las tropas de Wagner darían marchar atrás para no "derramar sangre". "Ahora ha llegado el momento en que se podría derramar sangre rusa. Por eso comprendemos la responsabilidad este derramamiento de sangre rusa de una de las partes y vamos a dar marcha atrás a nuestros convoyes y a regresar a los campamentos según el plan", afirmó.
El Kremlin también movió ficha tras la 'rendición' de Wagner y aseguró que cerraría la causa penal abierta al líder del grupo y que ningún mercenario que hubiese participado en la rebelión sería procesado por la tensión de las últimas horas. Rusia también quiso comunicar que Prigozhin abandonaría el país para instalarse en Bielorrusia.
Rostov recupera su tranquilidad tras convertirse en la ciudad clave en la rebelión
Este domingo, la situación en la ciudad de Rostov, primera ciudad que tomó Wagner en su avance hacia Moscú, se calmó y se reanudó el tráfico en las calles después de que Prigozhin y sus mercenarios abandonaran la ciudad. Además, las agencias de inteligencia estadounidenses han señalado que ya sospechaban de que el líder del grupo Wagner planeaba una rebelión armada contra el Kremlin, según medios estadounidenses.
El viceministro de Política Regional y Comunicaciones Masivas de la región de Rostov, Serge Tyurin confirmó que se habían levantado todas las restricciones de transporte, incluidas las de carreteras. "Las estaciones de autobús y tren están funcionando con normalidad, los billetes están a la venta y todos los destinos están programados", comunicó Tyurin.
Un día después del fin de la tensión, el presidente ruso, Vladimir Putin, ha asegurado en la televisión estatal que la máxima prioridad del Kremlin es continuar con la "operación militar especial en Ucrania" y que están confiados en "realizar todos los planes y tareas relacionadas" con la invasión.
Asimismo, Putin ha señalado que está en contacto con todos los funcionarios del Ministerio de Defensa ruso y que participará en la reunión ordinaria del Consejo de Seguridad de Rusia la próxima semana.
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