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'La pasión turca', una novela sobre el amor obsesivo y el deseo

Una amarga meditación sobre el amor llevado a sus últimas consecuencias, que Antonio Gala sabe describir con la irresistible fuerza de su estilo

'La pasión turca', una novela sobre el amor obsesivo y el deseo

Antonio Gala nació en Brazatortas (Ciudad Real) el 2 de octubre de 1930 y murió en Córdoba el 28 de mayo de 2023. Destacó por su carrera como dramaturgo, novelista, poeta, guionista y ensayista. Con su primera incursión en la novela, 'El manuscrito carmesí', ganó el Premio Planeta en 1990. Es también el autor de 'Más allá del jardín', o 'El imposible olvido'. Ha sido reconocido con numerosos galardones literarios, entre ellos el Premio Nacional de Literatura. En 2002 inició sus actividades la Fundación Antonio Gala para jóvenes creadores que ha hecho una labor extraordinaria.

'La pasión turca' se publicó en 1993 y fue un éxito rotundo. Es una novela erótica, oscura y obsesiva, en la que crece la incomodidad según se va leyendo, que nos habla de nuestros deseos, de lo difícil que es ver la realidad o de lo complicado que es explicársela a los demás.

El mayor placer de 'La pasión turca': un dolor exhibicionista, hiperbólico y obsceno

'La pasión turca' arranca con una explicación y una advertencia: "Este libro contiene la vida -fragmentos de la vida- de Desideria Oliván. Está compuesto por cuatro cuadernos y una especie de epílogo. Los cuadernos fueron escritos de puño y letra de ella, gran lectora y buena aficionada a crucigramas. Se han respetado, con escrupulosa exactitud, incluso sus contradicciones y alguna reiteración producto del descuido y alguna incoherencia. Las páginas con que el libro concluye proceden de lo relatado por Pablo Acosta, un amigo muy afecto a Desideria Oliván. Los cuatro cuadernos llegaron a manos del editor en el mismo lugar en que fueron traídos a España: una caja grande de delicias turcas".

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Como señala Carmen Rigalt, el mayor placer de 'La pasión turca' es el dolor. Se trata de un dolor exhibicionista, hiperbólico, obsceno. Desideria camina por las páginas de la novela arrastrando la idea obsesiva y enfermiza de poseer a su amante, un hombre de perfiles tópicos, marcadamente sexual y desestabilizador. Pero la voracidad de Desideria oprime al amante, que se aparta una y otra vez del guion para vivir sus peripecias a espaldas de los lectores. La pasión ya ha enfermado. El sueño de Desideria se despoja así de ilusiones y adquiere poco a poco tintes de pesadilla. Atacada por una febrilidad para cuyo tratamiento no están dotados los facultativos, la protagonista de 'La pasión turca' termina por ceder a la degradación.

Antonio Gala, un teórico de los sentimientos

Según Carmen Rigalt, Antonio Gala es un teórico de los sentimientos. Está enamorado de la idea del amor y explota su habilidad para ponerlo en solfa literaria. Sus aforismos, sus juegos de palabras, sus metáforas descarnadas, sus afilados adjetivos, son buena prueba del dominio del tema que tantas veces le ocupa. En 'La pasión turca', Desideria, su protagonista, está poseída por una fuerza aniquiladora y sólo desea regodearse en ella. Es la versión destructiva del amor, la más nociva y perturbadora, pero también la más efectista a la hora de ser expuesta en un libro o una película. La historia constituye una amarga meditación sobre el amor, llevado a sus últimas consecuencias en medio de un clima muy patético hasta la destrucción física y moral, que Antonio Gala sabe describir con la irresistible fuerza de su estilo.