Con la llegada de verano, la gran mayoría de los ciudadanos dejan su domicilio habitual, maleta en mano, para disfrutar de unos días de merecido descanso junto a la playa, la montaña, el pueblo de interior del que procede su familia o cualquier otro punto del país o del extranjero. Todos los años a del mes de partir de junio se registra un aumento en los robos en viviendas que en la mayoría de casos pasan desapercibidos hasta que su propietario o inquilino retorna a su vivienda. El hecho de que se queden vacías durante varios días e, incluso, semanas convierten estos meses, aproximadamente hasta agosto, en el periodo perfecto para los delincuentes. Es por ello fundamental adoptar una serie de medidas muy simples, pero a la vez fundamentales, para evitar sufrir un robo en casa. Estos consejos, ofrecidos por la Policía Nacional y recogidos por Atlas, tienen un objetivo imprescindible para no ponérselo fácil a los ladrones: evitar que sea evidente desde el exterior que sus habitantes se han ausentado de su vivienda. Lo primero, las persianas. No deben estar ni levantas, ya que dejarían a la vista la oscuridad y la inactividad en el interior, ni completamente bajadas, algo que indicaría que no hay nadie que la haya decidido bajar por la noche y que la vaya a levantar cuando salga el sol. “Nunca pueden estar totalmente bajadas, tienen que quedar intermedias, precisan fuerte policiales a Atlas. Otra táctica útil es pedirle a algún vecino, que permanezca en la zona durante los días en que uno se ausenta, que acuda cada dos o tres días a abrir y recoger el correo postal que llegue al buzón. Así, no se llena y parece que el habitante del inmueble vigilado por los delincuentes sigue en el lugar. Un buzón rebosante de cartas es, sin duda, uno de los indicios más claros de que en una vivienda no hay nadie. Obviamente, contar con un sistema de videovigilancia y de alarma es una forma de disuadir a los ladrones de sus intenciones de allanar la vivienda para robar los objetivos de valor que haya en su interior. Cuando la alarma detecta un movimiento raro o un intruso, la central de la compañía de seguridad se pondrá inmediatamente «en contacto con la Policía y la Guardia Civil». Una forma muy fácil en la que un grupo de crimen organizado puede saber si una persona está de vacaciones fuera de su ciudad de residencia o no. En la actualidad, la mayoría de las personas, especialmente las de edad media y las más adultas, acostumbran a subir publicaciones, temporales o permanentes a las redes sociales, especialmente Twitter, Instagram y Facebook. En ellas comparten una foto de la playa en la que pasan esos días estivales, del plato que han pedido en un restaurante al que han acudido o un retrato de grupo que recoge el reencuentro con el grupo de amigos con el que se pasa el verano. “Vamos relatando continuamente dónde estamos, dicen al respecto estas fuentes de los cuerpos de seguridad a la citada agencia informativa.