Duelo perinatal, un duelo invisibilizado
¿Cómo superar la muerte de un hijo en la recta final del embarazo o poco después de nacer?
Recuperando la Memoria LGTBI y duelo perinatal
Madrid
La tasa de mortalidad perinatal es de cuatro niños por cada mil nacidos según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). La mayoría de las muertes se producen en la fase fetal tardía y están ocasionadas por diversos factores: infecciones, problemas en la placenta... Desde el punto de vista médico, la mortalidad perinatal se empieza a considerar a partir de la semana veintidós de gestación hasta los siete días de vida del bebé. El fallecimiento del feto durante el embarazo, en el parto o a los pocos días del nacimiento es una circunstancia muy delicada que puede complicarse ocasionando trastornos psiquiátricos a los padres y constituye una situación de difícil manejo para los profesionales sanitarios. Duelos invisibilizados, vidas truncadas.
"La pérdida perinatal es un tema tabú, muchos padres no reciben una atención apropiada"
Hablar de la pérdida y recibir atención psicológica es importantísimo. Por este motivo el Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba puso en marcha en noviembre de 2022 un programa interdisciplinar para proporcionar una atención personalizada, un espacio de orientación y apoyo emocional a madres y padres que han perdido un bebé. "Estamos poniendo todos nuestros esfuerzos pero hay que reconocer que queda mucho camino por recorrer ya que, hasta hace poco, la pérdida perinatal era un tema tabú a nivel profesional y son muchas las parejas que no han recibido una atención apropiada", reconocen fuentes de este centro.
¿Cómo despedir a un recién nacido que acaba de fallecer? ¿O a un feto que ha muerto en la recta final del embarazo? ¿Cómo pueden gestionar los padres una noticia así? "Son duelos desautorizados, la sociedad no quiere verlos, son menos comprendidos por el entorno, se silencian. Es difícil verbalizar la muerte y más cuando se trata de un bebé". Así lo explica el psicólogo Alberto Escaño, uno de los profesionales que proporciona ayuda a las parejas que pasan por una situación tan dolorosa. Según Escaño, el sentimiento de culpa es una emoción recurrente en estos casos: "Llegan a consulta con mucha culpa por no haberse cuidado más o haberse dado cuenta antes. También llegan con imágenes de la expulsión del bebé, eso les genera pesadillas, una gran tristeza". En el Reina Sofía ofrecen sesiones de acompañamiento, terapias para que puedan expresar sus sentimientos y sostenerse emocionalmente. En definitiva, acompañarlos para que emprendan un camino que les permita elaborar el duelo, despedirse de su hijo sin necesidad de olvidarlo. "Despedirse no es olvidar", explica.
"El papel de los profesionales sanitarios es fundamental para elaborar el duelo"
La labor de los profesionales sanitarios es muy importante en momentos tan delicados. Tanto la formación especializada como las habilidades comunicativas garantizan una atención de calidad favoreciendo un duelo saludable. Lo corrobora Mónica Miño, ginecóloga y responsable de la consulta de Medicina Fetal del hospital: "Desde el momento en el que tienes en la ecografía la imagen del feto sin latido cardíaco, a partir de ahí, hay que empezar a preparar a la pareja. Dar la noticia con delicadeza, con cariño, explicar bien desde el punto de vista médico el porqué del fallecimiento, dando muestras de afecto, empatizando. Y si hay que llorar con el paciente también se hace, los médicos somos humanos".
El papel de las matronas también es muy importante. "Es recomendable ver a tu hijo para despedirte de él, generar un recuerdo para empezar a construir el duelo", explica Andrea Jiménez, matrona y Jefa de Enfermería del hospital. Para tener un proceso de duelo saludable los expertos recomiendan el contacto post mortem y la elaboración de recuerdos mediante objetos y fotografías. Consciente de la necesidad de mejorar la atención a las familias, el Reina Sofía pone a disposición de los padres que quieran dar el último adiós a sus hijos una cuna de los abrazos, una cuna especial que mantiene el cuerpo del bebé refrigerado durante unas horas para que las familias puedan despedirse de él sin prisas ni presiones hospitalarias. Esta práctica (cuddle cot) es muy frecuente en países como Gran Bretaña, en España, sin embargo, no está muy extendida. Dicha cuna de los abrazos fue una donación de Natalie Claytor y Laura Segura, cuyos hijos, Oliver y Hugo, fallecieron en el parto. Natalie y Laura, con el apoyo de la Asociación Matrioskas consiguieron recaudar los fondos necesarios para poder regalarla al hospital. "Es recomendable verle la carita porque al final es el recuerdo con el que se va a quedar esa madre. Las seis horas que esté con él serán los recuerdos de toda la vida", afirma Jiménez.
"En el duelo hay dolor pero también esperanza y futuro"
La vocal de Matrioskas en Córdoba, Laura Prados, cree que en el ámbito sanitario la muerte es un tabú, sobre todo, si se trata de un bebé. Esta organización nació en Cádiz en 2018 y las familias que la integran se ayudan a través de llamadas, mensajes o encuentros online. Su finalidad es intentar apoyarse mutuamente en momentos tan difíciles. "Nadie nos prepara para que nuestro bebé muera antes de nacer. Ocurre con más frecuencia de lo que imaginamos. Es un impacto muy fuerte. Pierdes tu presente y tu futuro aunque, si encuentras apoyo psicológico, al final hay salida. Aprendes a vivir con su recuerdo, naturalizándolo. El dolor se supera, aprendes a maternar de otra manera. Los niños que hemos perdido, aunque no estén con nosotros físicamente, nos acompañarán siempre", explica Prados.