Sara Vítores: "Combato el cáncer con la palabra confianza. Me la repito todo el tiempo, como un mantra"

Cualquiera sabe que basta sólo un minuto para que la vida cambie, que no hay ánimo ni situación por óptima que sea, que no pueda quedar envuelta repentinamente en la maraña de las situaciones más críticas. Eso le sucedió a Sara Vítores, nuestra compañera y amiga del programa Hoy por Hoy, cuando en la mañana del pasado 25 de octubre le diagnosticaron un cáncer, cáncer de la vías biliares, uno de esos tumores considerados raros, que por infrecuente y extraño, resulta más difícil de diagnosticar y combatir.

Han pasado algo más de ocho meses desde aquella fecha y esta mañana, en mitad de la batalla, Sara ha querido venir a su programa para transmitir con su testimonio que se le puede ganar el pulso al cáncer. "Ahora mi estado lo define la palabra confianza. Todo el rato mi cabeza me dice: `confía, confía´ me lo repito todo el tiempo como un mantra. No sé cuanto tiempo va a funcionar mi tratamiento, no sé cuánto tiempo voy a estar aquí, pero tengo que confiar".

No ha venido sola, lo ha hecho, además de con esa alta dosis de confianza, en compañía de "Mi Dios", como dice Sara, con el Oncólogo del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, Andrés Muñoz, una de las mejores respuestas que existen para batallar en favor del valor de la sanidad pública. "La gente que tiene fe -argumenta Sara- tiene sus dioses y yo tengo a los oncólogos de la Fundación Jiménez Díaz, que es donde estoy ahora con el ensayo clínico y con Andrés Muñoz que es con quien cada vez que voy me alegro de verlo porque es muy optimista y siempre me dice ´Venga que podemos´"

Andrés Muñoz simplemente se define como un ser humano más, "con mis miedos y mis incertidumbres, procurando desde mi responsabilidad tratar de mejorar la vida de los que tienen esa enfermedad, que en el caso de personas como Sara es una enfermedad infrecuente, que está aumentando cada vez más, sobre todo en gente joven, por debajo de los cincuenta años, y con muchas ganas de combatirla"

Muñoz, especializado en este cáncer, asegura también que este es un "tumor con un tratamiento difícil, es el uno por ciento de todos los tumores, es una enfermedad rara, de los que tiene que ser tratado por múltiples especialistas: cirujanos, oncólogos médicos, especialistas en radioterapia... Pero sí que es cierto que en los últimos cinco o seis años hemos visto un cambio muy significativo. Tenemos nuevos tratamientos y nuevos métodos diagnósticos".

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"Además es un cáncer -sostiene Andrés Muñoz- que en muchos casos está siendo diagnosticado de forma avanzada porque los síntomas son muy vagos: cansancio o molestias digestivas muy inespecíficas y siendo difícil de diagnosticar, tanto en una gran población como en otra pequeña, sí es cierto que conviene ser derivados a centros con experiencia".

También, al ser un cáncer raro, el doctor Muñoz incide en un aspecto de gran importancia: "Se han dedicado pocos recursos en los últimos 10 años a esta enfermedad y eso claramente se nota frente a otros tumores más frecuentes como el de colon, mama, pulmón o próstata." Y, de cara al futuro, "Tenemos que revertir la dificultad del acceso al diagnóstico y al tratamiento"

Esa es el camino que transita la ciencia. Mientras, las palabras de Sara corresponden, como cualquier paciente en su situación, a la experiencia de vivir la enfermedad. "Las prioridades claro que cambian: estoy más lejos del móvil, veo cuando puedo a los amigos que quiero y las relaciones con los amigos, la familia y mi pareja, cuyo apoyo es increíble, son mucho más importantes, porque ahora lo único que importa es el `Aquí y el ahora´ y dentro de todo eso lo que quiero es disfrutar, no estar parada, y todas aquellas cosas que puedo hacer, porque soy un apaciente muy obediente, quiero hacerlas", concluye Sara.

El pasado 25 de Octubre cada vez queda más lejos. Y la confianza desde entonces cada vez más próxima. Es el aquí y el ahora.