Así fue la vida de Virginia Woolf, la escritora feminista que no le gusta a Vox
En los últimos días, su nombre ha vuelto a ocupar titulares porque Vox ha impedido la representación de una obra teatro en Madrid basada en uno de sus libros, 'Orlando'
Un autor en una hora 3 | Virginia Woolf
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Virginia Woolf fue una de las pioneras del feminismo y una de las escritoras más revolucionarias de su tiempo. En los últimos días, su nombre ha vuelto a ocupar titulares porque Vox ha impedido la representación de una obra teatro en Valdemorillo (Madrid) basada en uno de sus libros, 'Orlando'. Esta novela nos presenta a un personaje inolvidable: un joven aristócrata con aspiraciones literarias que se transforma en mujer. Podríamos decir, además, que estamos ante el primer transexual de la historia de la literatura.
'Orlando': entre la biografía, el discurso feminista y la carta de amor
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El veto a la obra de Woolf no ha sido el único caso de censura en los nuevos ayuntamientos gobernados por PP y Vox, lo que ha provocado que distintos profesionales de la cultura se unan y alcen la voz para denunciarlo. Miquel Iceta, Aitana Sánchez-Gijón o Alba Flores son algunos de los rostros conocidos que han mostrado su apoyo a la Plataforma Artes Libres que ha inundado las redes sociales del hashtag #StopCensura y que ha emitido un comunicado en el que ponen de manifiesto la "increíble situación por la que están pasando las Artes Escénicas y la Música" y denuncian "la censura que está atentando contra la libertad de expresión".
Virginia Woolf es sin duda una de las escritoras más importantes de la literatura universal. Desde muy pequeña, Woolf mostró interés por la escritura. Tanto es así, que con solo nueve años fundó junto a su hermano Thoby el periódico semanal Hyde Park Gates News. Sus padres no probaban la educación formal para las mujeres, pero como la escritura se consideraba una profesión respetable, el padre le animó a seguir formándose en ese aspecto.
Una vida marcada por la enfermedad
Para Virginia la figura de su madre Julia Stephen será clave, ya que reunía todas las cualidades del arquetipo materno y de la buena madre, pero también consideraba que representaba un tipo de mujer que debía ser superado: es lo que ella llamó "el ángel del hogar". Virginia Woolf consideraba que este era el principal obstáculo que tenían que superar las mujeres que querían abrirse camino en una profesión que requería tanta capacidad crítica como la literatura.
Uno de los momentos que marcan a Woolf fue la repentina muerte de su madre a los 49 años, cuando ella solo tenía 13. Este supondrá un punto de inflexión en su vida y el principio de su lucha contra las enfermedades mentales. Virginia sufre aquí la primera de muchas crisis nerviosas. Además, tiene muy mala relación con su padre, al que llama "el padre tirano". El doctor Seton, médico de la familia, le diagnostica depresión nerviosa fruto de la muerte de Julia y le recomienda reposo y descanso. Años después, en 1904 se produjo la muerte de su padre. Para Virginia esto supuso una cierta liberación, pero también le provocó una terrible crisis que desencadenó en su internamiento en un sanatorio en el que pasará algunos periodos en 1910, 1912 y 1913.
En enero de 1905, se instaló en el número 46 de Gordon Square, en Bloomsbury. Y es ahí donde entra en contacto con el círculo intelectual de escritores y críticos conocido como el Grupo de Bloomsbury. Para Virginia, la posibilidad de hablar con un hombre en términos intelectuales era liberador. Dos años después conoció a Leonard Woolf, economista e intelectual socialista, que formó parte de las primeras veladas de Bloomsbury y al que ella misma definió como "un judío sin un penique". Se casaron un año después, pero Leonard se dio cuenta enseguida de los problemas mentales de Virginia, que también tenía problemas con la intimidad y el deseo sexual.
El 28 de marzo de 1941 Woolf se suicidó
Los últimos años de vida de Virginia Woolf estuvieron marcados por un estado depresivo que se fue agravando poco a poco. Cuando estalla la Segunda Guerra Mundial, en sus diarios se ve cómo está obsesionada con la muerte. El 28 de marzo de 1941, la cocinera de los Woolf, Louie Mayer, se encontró dos cartas sobre la mesa. Una hora antes, Virginia había dicho que salía a caminar. Cuando Leonard no la encuentra por ninguna parte, tiene la certeza de que se ha ido al río. Corre por los campos y enseguida encuentra su bastón tirado junto a la orilla. Virginia había caminado hacia el río y allí se sumergió en el río Ouse, metiéndose piedras en los bolsillos del abrigo. Pasaron tres semanas hasta que encontraron su cadáver, cuando unos niños lo ven flotando en el río.
Leonard enterró sus cenizas junto a una extensión de césped de su jardín llamada The Croft, que da al campo y a los prados. Hay allí dos olmos muy grandes con las ramas entrelazadas a los que siempre han llamado Leonard y Virginia. La primera semana de enero de 1943, una fuerte tormenta derribó uno de ellos.
