La Inteligencia militar británica ha confirmado que las fuerzas ucranianas han conseguido «avances sostenidos» en torno a la ciudad de Bajmut, en el este del país, escenario de nuevo de intensos combates, cuando se cumplen 500 días desde que Rusia comenzó su invasión. Según el último balance del Ministerio de Defensa británico, Bajmut ha vuelto a ser escenario durante los últimos siete días de algunas de las hostilidades «más intensas a lo largo del frente» después de la relativa calma que perduró durante el mes pasado. La Inteligencia británica anticipa problemas para las fuerzas rusas en la ciudad. «Probablemente, están padeciendo ahora mismo problemas porque la moral es baja, están mezclando unidades variopintas y su capacidad para encontrar y atacar la artillería ucraniana que les está disparando está limitada», apunta la evaluación del Ministerio de Defensa, publicada en su cuenta de Twitter este sábado. No obstante, Londres entiende que el Kremlin percibe una expulsión de Bajmut como «políticamente inaceptable», dado el «peso simbólico» que representa al tratarse de uno de los pocos escenarios de victoria rusa durante el último año, de ahí su enorme resistencia a capitular. Sin embargo, el Ministerio de Defensa entiende que Rusia no tiene mucha capacidad de maniobra con vistas a futuro, dado que es muy probable que existan pocas reservas adicionales de fuerzas a desplegar en este sector. Por otro lado, el embajador de Rusia en Estados Unidos, Anatoli Antonov, considera que la decisión de enviar bombas racimo a Ucrania es otra «provocación» estadounidense que «acerca a la humanidad a una nueva guerra mundial». Antonov ha calificado la actuación de EEUU como un «gesto de desesperación» que, a su parecer, pone de manifiesto que el país norteamericano «y sus satélites se han dado cuenta de su impotencia». En este sentido, el representante de Rusia ha denunciado «la brutalidad y el cinismo» con que las autoridades estadounidenses han abordado «el tema de la entrega de armas letales a Kiev». El embajador ruso ha señalado, en declaraciones a los medios de comunicación, que «las provocaciones estadounidenses están realmente fuera de escala» y que Washington está «tan obsesionado con la idea de derrotar a Rusia que no se da cuenta de la gravedad de sus acciones». La injerencia de la potencia occidental «solo provoca más bajas y prolonga la agonía del régimen de Kiev», reza un comunicado compartido en el canal de Telegram de la Embajada rusa. Desde Rusia han denunciado, además, que Estados Unidos «ha ignorado las opiniones negativas de sus aliados sobre los peligros del uso indiscriminado de municiones racimo», del mismo modo que ha hecho «la vista gorda ante las bajas civiles». No obstante, Antonov ha asegurado que «bombardear a la república con armas occidentales de ninguna manera obstaculizará el camino hacia los objetivos de la operación militar especial destinada a erradicar las amenazas de seguridad de la Federación Rusa, incluido el nazismo alimentado en Ucrania». El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, ha conmemorado los 500 días de conflicto armado contra la invasión de Rusia con una visita a las posiciones ucranianas en la isla de las Serpientes, uno de los emblemas de las victorias bélicas de su país, en la que ha celebrado el coraje exhibido por sus fuerzas y por la población en el más de un año que llevan luchando contra las tropas de Moscú. El lugar es emblemático porque hace aproximadamente un año la expulsión de las fuerzas rusas que ocupaban este islote de la región de Odesa, en el mar Negro, mientras que Rusia esgrimió que se trataba en realidad de una retirada voluntaria para no complicar el paso por la zona de barcos exportadores de grano. «Estamos en la isla de las Serpientes, que es nuestra isla de las Serpientes porque jamás será conquistada, como tampoco lo será el país entero porque somos un país de valientes», ha arengado el mandatario. Las fuerzas rusas «continúan minando la central nuclear de Zaporiyia y las instalaciones en el territorio de la planta», según informaron este sábado fuentes de inteligencia del Ministerio de Defensa de Ucrania. Continúan llegando minas y explosivos a la instalación en estos momentos. «En las salas técnicas y en las salas de turbinas se han colocado barreras explosivas de minas que consisten en minas antipersona de tipo direccional por control remoto y no dirigidas», precisa. Son principalmente minas de tipo soviético. En el mensaje se incluye un mapa de la central nuclear en el que se muestran los posibles emplazamientos de las minas. El Kremlin, por su parte, continúa pidiendo a la OIEA, el organismo que controla la energía atómica a nivel mundial, que sus trabajadores sean más pacientes en la concesión del acceso a los a los techos de los reactores 3 y 4 de la planta nuclear de Zaporiyia. Los inspectores de la agencia de la ONU quieren evaluar cuál es su estado real, pero los rusos continúan negándoles el acceso aludiendo motivos de seguridad. El propio director de la OIEA reclamó el viernes a las autoridades rusas que permitieran la entrada de los inspectores a estos dos lugares de la mayor central nuclear de Europa y a dos salas de turbinas. La Administración Biden ha dado este sábado por finalizado el proceso que ha supuesto la destrucción definitiva de todo el arsenal de armas químicas con el que contaba. Para el presidente estadounidense este acontecimiento que supone un acercamiento «a un mundo libre de los horrores». Concretamente, el arsenal restante permanecía en el condado de Pueblo, en Colorado, con 2.600 toneladas de gas mostaza, y en un almacen al este de Kentucky. Las últimas armas del primero se terminaron ya de eliminar en junio, mientras que en el segundo punto, que contenía 523 toneladas de gas sarín, mostaza y VX, se dio por finiquitado este sábado «Estados Unidos ha trabajado incansablemente durante más de 30 años para eliminar su arsenal de armas químicas. Hoy me enorgullece anunciar que ha destruido de forma segura la última munición de ese arsenal», ha destacado Biden en un comunicado.