XVI Final de 'Relatos en Cadena' 2022-2023 en La Ventana de los Libros
Patricia Collazo gana la XVI edición de Relatos en Cadena con 'Sueños rebeldes'
Patricia Collazo ha sido elegida por el jurado como la ganadora de la XVI edición de Relatos en Cadena, con su microrrelato 'Sueños rebeldes'. Su texto fue el seleccionado del mes de septiembre y ahora se convierte en la vencedora del concurso de la temporada 2022-2023. Aunque Patricia reside en Alcobendas (Madrid) desde hace 21 años, nació en Argentina. De 56 años, es consultora informática y tiene dos hijos: uno es físico y acaba de terminar su segundo máster en Dinamarca; su otro hijo es estudiante de Química. Sus aficiones son el baile y hacer puzzles con su pareja, de hasta 1.000 piezas. Su relato se inspira en esas vidas que dejamos de vivir o que solo podemos experimentarlas en nuestros sueños. Collazo es nuestro Premio a la Constancia, ya que es la participante más veterana.
'Sueños rebeldes', de Patricia Collazo
Yo, que he vivido tantas vidas, decía mi padre el día de su cumpleaños. Entonces, de los bolsillos del pijama extraía viejos amigos: dos jefes indios, un bombero de Nueva York, un esquimal abrigadísimo, un pelotón de soldados anónimos y un sherpa bajito con el que había escalado el Everest. Ellos se desperdigaban por casa, husmeaban todo, se disputaban el mando de la tele, o jugaban al dominó con nosotros. Cuando los indios encendían una fogata en el pasillo y el bombero abría todos los grifos, mamá se hartaba y los barría a todos hacia la terraza. Al día siguiente hacíamos como si nada hubiera pasado.
Sueños rebeldes
El jurado que ha decidido que su relato sea el ganador está compuesto por Benjamín Prado, Rafa Panadero, Mara Torres, Laura Ferrero, Emma Vallespinós, Germán Solís y Javier Sagarna.
'Pleamar', de Elvira Rodríguez, segundo
Elvira tiene 56 años y, aunque vive en París, nació en Vigo. Trabaja en ayuda humanitaria y solidaridad internacional como responable de Financiación Institucional en una ONG especializada en salud y pediatría. Le gusta dibujar retratos a lápiz, leer y bailar (iba a clases de flamenco y hacía ballet). Pensar la idea del relato no fue difícil para ella, lo complicado fue elegir un título. Es su primera final anual.
Pleamar
El montoncito de arena que se está formando a mis pies, mis sobrinos afanándose en cubrirme totalmente, sus risas, la caricia del sol poniéndose, la música de las olas al romper ¡Qué gozada! Tras tantos disgustos por el testamento de Jorge, me alegré muchísimo cuando mi cuñada llamó. Le costó, lo sé. Por eso la perdoné enseguida y les invité a la casa de verano. Ojalá Jorge pudiera vernos juntas, cómplices, rodeadas de sus hijos. Mira que, a su edad, querer jugar a hundirme en la arena, que casi no puedo ni respirar. Hoy, con la pleamar, la puesta de sol va a ser espectacular. Ya tardan en volver para desenterrarme.
'Secretos de cuna', de David Garduño; el tercero
David tiene 33 años, es de Segura de León (Badajoz), pero vive en Torrejón de Ardoz (Madrid). Estudió Ingeniería de Telecomunicaciones y trabaja como desarrollador de software en Telefónica. Aparte de la lectura, la radio y la música, su otra gran afición es la Fórmula 1. Este año ha ido por primera vez a un gran premio, el de Montmeló, con su pareja. David escribió su relato durante las vacaciones de Navidad; mientras conducía de vuelta a casa, ideó la frase de inicio.
Secretos de cuna
Darse una vuelta con él en brazos saca a mi suegra de su letargo. Por supuesto, ignora que está acunando a su nieto, su memoria está instalada en un tiempo indeterminado de su pasado y para ella el bebé siempre es uno de sus hijos. Mientras paseamos no para de susurrarle confidencias al oído como seguramente ya hizo décadas atrás. Así he descubierto que se casó simplemente para poder salir de casa de sus padres, que hubiera preferido tener al menos una niña y que la razón por la que mi marido tiene un nulo parecido con su padre es un tal José Luis.
Octubre: '¿A qué huelen los secretos?', de Carmen Rosique
Carmen, de 62 años, es prejubilada de banca y viene de Murcia. Pese a que participa en Relatos en Cadena desde hace más de diez años, esta es su primera final anual. Le encanta la lectura, especialmente los clásicos franceses del siglo XIX, el cine en versión original, el arte, los museos y viajar en coche, ya sea sola o con amigas. Este mismo año ha empezado a estudiar piano. La frase inicial de su relato fue para ella un hilo del que tirar para conformar el resto de la historia. Su hijo, Javier García, ha visitado 'La Ventana' en su lugar porque Carmen tenía radioterapia.
¿A qué huelen los secretos?
Al nuevo inquilino de la puerta de enfrente no lograba verlo. Pero lo olía. Dejaba en el pasillo un aroma cautivador. Debía ser un hombre elegante, con buen gusto. Me lo imaginaba rubio, no sé por qué. En las perfumerías probaba muestras esperando encontrar aquella fragancia. Si soñaba con él, despertaba sobresaltada y culpable. A mi lado, Juan dormía profundamente. Necesitaba urgentemente ver al vecino, quitarme de la cabeza esa imagen fabricada, acabar con esa fantasía. Ayer me aposté tras la mirilla en cuanto mi marido salió de casa. Pero no subió al ascensor. Se perfumó, caminó hacia la puerta de enfrente y abrió con su propia llave.
Noviembre: 'Últimos esfuerzos', de Alejandro Vaghetti
Alejandro tiene 56 años, nació en Rosario (Argentina), pero vive en Vigo desde hace 30 años. Licenciado en Psicología, trabaja como orientador en un centro educativo por las mañanas y, por las tardes, como psicoterapeuta y psicoanalista en el ámbito hospitalario y consultas privadas. Su gran pasión es la música, tanto que ha participado en dos grupos de música acústica y folk, componiendo, escribiendo, cantando y tocando la guitarra. Respecto a la literatura, sus referentes son Cortázar, Borges y la novela negra de Domingo Villar. Hacía tiempo que le rondaba la idea de su microrrelato y esta es su primera final anual.
Últimos esfuerzos
Menuda decepción, la separación de sus padres era inminente. Sabía que se terminarían las guerras de almohadas, las sesiones de cine con palomitas en el sofá y los relajantes masajes en las plantas de los pies. Escuchó a su madre que se lo hizo jurar hasta el infinito… Su padre marcharía de casa apenas acabara de bajar del trastero todos los discos de su antigua colección de vinilos. Los mismos que la pequeña Amanda subía sigilosamente cada noche mientras ellos discutían.
Diciembre: 'Una tarde parda y fría...', de Juan Antonio Guerra
Juan Antonio, de 68 años, es natural de Arcos de la Frontera (Cádiz) aunque vive en Málaga. Es maestro jubilado y amante de la poesía, el relato, la novela y los cuentos. También disfruta de la jardinería, el senderismo, la cocina, el flamenco, el teatro y el cine. Es el primer año que participa en el concurso y ha logrado llegar hasta la final anual.
Una tarde parda y fría...
Jugando tras los cristales estamos a gusto. Los cristales son un tambor para la lluvia. Mi padre deja la lectura y recita un poema. Mi hermana acierta el autor y yo replico que esta lluvia no es monótona pues hace rato vimos centellas multicolores y me estremecí con un trueno. Me miran. Ven que estoy calmado. Sonríen. Los cristales empañados impiden ver fuera. Dejo el juego y escribo ALOH con mi mano y miro a través de O. Ahí está el monstruo saludándome, el de siempre. No digo nada, para qué, no me creerían o pensarían que he hecho trampa con las pastillas.
Febrero: 'Reconcomido', de Marta Mayol
Marta, de 52 años, es natural de Palma (Mallorca) y allí vive, donde trabaja como directora del equipo de atención al cliente de Habitissimo, un marketplace de reformas y servicios para el hogar. Le encanta pintar, el cine y leer. Es filóloga inglesa y siempre le gustó escribir, aunque nunca encontraba el tiempo. Mandó varios relatos al concurso y la Escuela de Escritores seleccionó dos, por lo que ella fue la que eligió ‘Reconconmido’. Es su primera final anual
Reconcomido
«Me está encantando clavarle agujas a este muñeco, Nacho», rezaba el mensaje de remitente desconocido. No me llamo Nacho y lo sensato hubiera sido reconocerlo, pero me picó la curiosidad por eso del vudú. Llegó otro wasap: «¿Está contigo el idiota de Arturo?». «Sí», mentí. «Pues sigo, dime si funciona», escribió. Contesté que Arturo se retorcía de dolor. «¿Qué hago?», preguntó. Respondí con un corazón. Añadí: «remátalo». Llegué a ver un pulgar hacia arriba antes de abandonar el chat y bloquearlo, mis pulsaciones sobrepasando los límites humanos. Desde entonces, escribo cada día a decenas de números desconocidos preguntando: «Arturo, ¿estás bien?». Descansaré cuando me conteste que sí.
Abril: 'Todas las habitaciones del hotel son iguales', de Esteban Torres
Esteban, de 58 años, nació en Aldeahermosa de Montizón (Jaén), pero vive en otra localidad jienense, Úbeda. Trabaja como funcionario del Servicio Público de Empleo Estatal. Le gustan las series de médico, las francesas de detectives y la poesía española actual. Escribió su relato del tirón y esta es su primera final anual.
Todas las habitaciones de hotel son iguales
Si el traje no es para mí, ¿por qué está ahí colgado? Lo he descubierto al emperchar mis pantalones. Había oído lo del amante sorprendido que se esconde en el armario o huye por el balcón, mientras sus ropas diseminadas, hechas un gurruño, se camuflan a patadas de esposa debajo de la cama, pero no justo al revés. Antes de armar la gorda y pedir explicaciones a la que simula dormir entre las sábanas, descubro que he vuelto a confundirme de habitación, porque la que sueña no se parece en nada a mi mujer. Alguien intenta entrar. Completamente desnudo, tengo que decidir ya si armario o cornisa.
Mayo: 'Psicarios', de Francisco Javier Ramos
Francisco Javier, de 48 años, nació en Madrid, pero vive desde hace quince años en Murcia. Es ingeniero agrícola y trabaja como funcionario interino de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia. Le encanta jugar con sus tres hijas de 9, 6 y 4 años, montar en bici, ir a la playa, leer novelas fantásticas y el cine español. Participa en el concurso desde el principio y esta es su segunda final consecutiva. Se le ocurrió participar con este relato mientras desayunaba en una cafetería.
Psicarios
Le dice que yo no existo, que no se preocupe, que ya lo sabe. Que solo es un juego. Ha aprendido a disimular tan bien que le convence enseguida y vuelve cada uno a lo suyo. Luego ya a solas me cuenta su día sin saltarse nada. Desde los determinantes en lengua y la asquerosa disección de la rana hasta las collejas y el bocadillo lleno de tierra. Me vuelve a pedir que no haga nada, pero ya me he cansado, y mis colegas bajo sus camas no son tan amables como yo.
Junio: 'Inteligencia natural', de Álvaro García
Álvaro tiene 63 años, nació en Guadalajara, vivió 28 años en Asturias y actualmente reside en Las Rozas (Madrid). Está jubilado y trabajó como comercial para una multinacional tecnológica. Le gusta escribir y leer, jugar al pádel, la montaña y la música. Este año ha nacido su primera nieta y es su primera final anual de Relatos en Cadena. Cuenta que se le ocurrió la idea de su relato mientras leía artículos sobre la Inteligencia Artificial, lo que le animó a buscar un enfoque humano.
Con los humanos como atracción estelar. Así anunciaban el espectáculo que había llegado a la ciudad. Tengo almacenados muchos datos sobre la historia de los humanos, pero nunca había visto a ninguno. Una noche, conseguí romper la seguridad y accedí a la carpa donde los guardaban. Los había de varios tamaños, formas y colores. Me llamó la atención una humana con la cabeza rubia. Al verme se sorprendió y cuando me aproximé para observarla de cerca me acarició con su mano. Sentí algo que no estaba previsto en mis algoritmos y que mis programadores, por mi bien, ahora intentan borrar.