El actor norteamericano Kevin Spacey reconoció este jueves que es un «gran ligón», pero rechazó haber agredido «de manera violenta» a algunas de las víctimas que lo acusan en el juicio que afronta en Londres por 12 delitos de carácter sexual. El oscarizado intérprete, de 63 años, declaró desde esta mañana ante el tribunal de Southwark, en el centro de la capital británica, en el proceso judicial que tiene abierto por cargos de agresión sexual, agresión indecente y por ocasionar que una persona se involucre en actividad sexual sin consentimiento entre 2001 y 2013. En su declaración, el intérprete se refirió a algunas de las acusaciones concretas vertidas contra su persona, como la de un hombre que le condujo en su vehículo a una fiesta a comienzos del año 2000, que aseguró que el actor lo agredió «de manera violenta, agresiva y dolorosa». Ese varón aseguró que el intérprete le «agarró la entrepierna de manera dolorosa» hasta casi provocar que «se saliera de la carretera». «Eso nunca ocurrió. En todos esos años, jamás me he embarcado en una misión suicida», negó este jueves Spacey. El actor apuntó además que durante todo ese tiempo había desarrollado una relación de «flirteo» con ese hombre y que la manera en el que le tocó fue «romántica» e «íntima». También tildó a ese individuo de «divertido, encantador y ligón» y calificó su acusación, tantos años después, de «puñalada por la espalda». «No recuerdo conversaciones específicas pero me acuerdo del tono, de la atmósfera y de la risa. Nos lo pasamos muy bien juntos», dijo. Spacey, que en un momento de su comparecencia, se autodefinió como «un gran ligón», rechazó como «falsas» las alegaciones hechas por otro hombre, un aspirante a actor que sostiene que Spacey le drogó y le practicó un acto sexual mientras se encontraba dormido en el piso del actor. En lugar de eso, el intérprete afirmó que ambos compartieron «un momento íntimo» y que el acto sexual fue «consentido». El actor se emocionó en un momento dado de su declaración al recordar el impacto en su vida de las acusaciones, que empezaron a surgir «online» en 2017. «Hubo una urgencia por juzgar y antes de que se formulara la primera pregunta o se respondiera, perdí mi trabajo, perdí mi reputación, lo perdí todo en cuestión de días», dijo.