Punto de Fuga
Internacional

Así dejamos el mundo antes de irnos de vacaciones

En el último año han aumentado los conflictos violentos y el hambre empieza a descender

VERKHNYA TERSA, UKRAINE - 2023/07/13: A woman seen trying to get to her private house damaged by Russian shelling in the village of Verkhnya Tersa. Heavy fighting is ongoing on the 505th day of the full-scale Russian war against Ukraine on the Kupiansk, Lyman, Bakhmut, Avdiivka, and Marinka fronts. The Russians are trying to prevent the Ukrainian forces from advancing on the Zaporizhzhia and Kherson fronts. (Photo by Andriy Andriyenko/SOPA Images/LightRocket via Getty Images) / SOPA Images

Los conflictos y la tensión sociopolítica han aumentado en el último año, según refleja el informe ‘Alerta 2023!’ de la Escola de Cultura de Pau de la Universidad Autónoma de Barcelona. En el balance que ofrece sobre la situación global en la última temporada, identifica un nuevo conflicto abierto en el planeta respecto al año anterior y otros que siguen latentes, pero también nuevas oportunidades de paz.

Lo más preocupante es que se han agravado los escenarios de tensión con un aumento de la violencia y de la tensión política. María Villellas, investigadora del instituto, asegura que desde 2018 se han disparado los conflictos graves en el planeta, una tendencia que se ha ido consolidando durante el año pasado y que tiene impactos sobre la población civil, como el desplazamiento forzado o la inseguridad alimentaria, que han ido en aumento.

El correctivo israelí

De los 33 conflictos armados registrados en el año 2022, la mayoría se concentraron en África, donde había 16, y Asia, con nueve, seguidos por Oriente Medio, con cinco. Pero el instituto destaca también la invasión rusa de Ucrania, uno de los dos conflictos activos en Europa, por sus importantes repercusiones en otros conflictos armados, dada la presencia de Rusia en diferentes escenarios tanto en África como en Oriente Medio.

Como parte de los motivos del aumento de estas guerras, Villellas señala que han observado un incremento de la militarización y del gasto en armamento, así como de las protestas sociales y de la inestabilidad política, “que en ocasiones deriva en el empleo de la violencia”.

Informe sobre conflictos, derechos humanos y construcción de paz. Escola de Cultura de Pau.

Informe sobre conflictos, derechos humanos y construcción de paz. Escola de Cultura de Pau. / scola de Cultura de Pau.

23 de los 33 conflictos armados del año pasado se dieron en países donde existían bajos niveles de igualdad de género. Ante estos datos, Villellas explica que “los bajos niveles de igualdad de género son un indicador de muy mala calidad democrática y nos remiten a países en los que se viven importantes desigualdades, en los que las posibilidades de hacer frente a los conflictos por la vía política son mucho más complejas”. Además, se tiene en cuenta como un factor interesante para el análisis de por qué suceden los conflictos armados y qué repercusiones tienen sobre la vida de las mujeres y las niñas.

El informe identifica también más de un centenar de escenarios de tensión global que pueden derivar en conflicto, diez más que el año anterior, y la mitad de ellos se agravaron, añade la investigadora. Por otro lado, señala oportunidades de paz como negociaciones y procesos de diálogo, que también van en aumento. Ejemplo de ello son la política de paz total en Colombia, las negociaciones de paz en Etiopía con las autoridades de la región del Tigray, o el caso de Yemen, donde también se han abierto algunas perspectivas para la negociación.

El hambre se reduce lentamente

Como causa y consecuencia de los conflictos, el hambre en el mundo se sitúa en los 735 millones de personas en el año 2022, según los datos de la FAO, el FIDA, UNICEF, el PMA y la Organización Mundial de la Salud. Esto supone un aumento de 122 millones de personas con respecto a 2019. La buena noticia es que se ha reducido en 45 millones respecto al año 2021.

Las culpables, además de los conflictos, son la pandemia del Covid-19 y las perturbaciones climáticas, que “muy a menudo son factores que se mezclan”, como apunta el director de Acción contra el Hambre, Olivier Longué: “Lo que vemos es que la conflictividad sube cuando los estragos provocados por el cambio climático son más visibles, más violentos”. En países de América Central como Guatemala o en África, los estragos del cambio climático “provocan un exilio de gente en busca de una vida mejor”, añade.

Sobre la desigualdad con la que ha golpeado la pandemia a diferentes partes del mundo, Longué explica que “para muchos países del mundo el confinamiento ha supuesto la pérdida del acceso al mercado, al trabajo”, en el caso de las economías informales como la de Perú en las que la gente vive de lo que vende en la calle.

Pero también en los países ricos, aunque no de una forma tan evidente, Longué apunta que no se han recuperado los niveles de hambre previos a la pandemia. “El número de familias que no consiguen dar una dieta saludable a sus niños está creciendo”, asegura. Un “hambre silenciosa” que no mata a los niños como en África, pero que preocupa a la organización por la falta de dieta saludable en países como España que afecta al desarrollo de los menores.

Pese a la tendencia positiva en la reducción del hambre en el mundo, Olivier Longué no ve factible cumplir con el objetivo de desarrollo sostenible de erradicar el hambre en 2030, pero sí es optimista de cara a triplicar la reducción hasta los 150 millones para esa fecha.