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Alcaraz destrona al último rey de Wimbledon en un duelo de generaciones

El tenista español se impone a Novak Djokovic en la hierba de Londres tras cinco sets por 1-6, 7-6, 6-1, 3-6 y 6-4

Alcaraz celebra uno de sus puntos ante Djokovic en la final de Wimbledon 2023 / Clive Brunskill

2194 días. Esa era la escalofriante cantidad de tiempo que Novak Djokovic, uno de los mejores tenistas de la historia, llevaba sin conocer la derrota en Wimbledon. Más de dos mil días que han llegado a su fin hoy, ante un tal Carlos Alcaraz que está revolucionando el tenis mundial con apenas 20 años.

El tenista murciano se convierte en campeón del mítico torneo londinense a su temprana edad, ante todo un campeón como el serbio, con una remontada espectacular y un juego imperial. Alcaraz, como ya hizo Nadal en su momento, es desde hoy el guionista de las mejores películas del tenis español. Pasen y vean.

Un Djokovic intratable (1-6)

Djokovic comenzó el partido desplegando sus mejores armas y poniendo en problemas a un Alcaraz algo nervioso. Sus derechas cruzadas y los errores no forzados del español colocaban al serbio 2-0 arriba en pocos minutos. Los fantasmas de la semifinal en Roland Garros amenazaban a Alcaraz, que empezaba a soltarse sobre la hierba de Londres sin grandes resultados. Tan poco fructíferos fueron los esfuerzos del murciano que Djokovic dejó un primer set casi perfecto con un arrollador 6-1. El joven tenista español apenas pudo responder marcando el 5-1 con un par de buenos puntos antes del final.

Duelo a muerte hasta el 'tie break' (7-6)

Aunque las estadísticas favorecían al serbio de cara al resto del partido, con una racha de 76 partidos ganados a 0 después de coronarse en el primer set, Alcaraz saltó a la pista con ganas renovadas. El puño del murciano se reecontró con el cielo de Londres cuando este marcó un 0-2 sobre Djokovic, cambiando totalmente el guión del primer set. Eso sí, el serbio iba a vender caro su pellejo y a Alcaraz le costó un 6-6 y llegar hasta el 'tie-break' para empatar el partido. Con gesto confiado, Alcaraz se llevaba la mano a la oreja para escuchar el ruido de la grada de Wimbledon. Teníamos mucho tenis por delante.

La venganza de Alcaraz (6-1)

Si el primer set fue la demostración del mejor nivel de Djokovic, y el segundo una batalla mano a mano que se extendió hasta el límite, con este tercer set Carlos impuso su juego y devolvió la presión a los hombros de su rival. Con un contundente 6-1 para el murciano, Alcaraz se mostraba tranquilo, luciendo ese juego "brillante" del que hablaba tras las semifinales. Tuvo que luchar, eso sí, durante 25 minutos para desatascar un 3-1 con hasta 13 'deuce'. Tras imponerse, Alcaraz descargaba su rabia con un grito al cielo de la pista central. Un grito más que merecido: Alcaraz se colocaba a un solo set de ganar Wimbledon con 20 años.

Y 'Nole' forzó el quinto (3-6)

"Sólo puedes ganar a Djokovic jugando perfecto". Así había hablado Alcaraz sobre la final tras su contundente victoria ante Medvedev en semifinales. La perfección es relativa, pero está claro que el juego de Alcaraz en el cuarto set no fue suficiente para rematar el partido. Djokovic levantó los brazos una última vez, tirando de experiencia, para hacer que esta película tuviera el mejor final, uno de esos que te mantiene al borde del asiento. Con 2 sets para cada tenista, el quinto y último iba a elegir al rey de Wimbledon tras cuatro horas de partido.

El mejor final para la mejor historia (6-4)

Esta historia, este partido de casi cinco horas, de sufrimiento, puntos imposibles y desde luego, no apto para cardiacos, llegaba al final con un quinto set que tenía que ser ajustado. Era practicamente obligatorio que la tensión se pudiese cortar en la pista central de Wimbledon, en la pedanía de El Palmar y en todas y cada una de las casas que sintonizaban el partido. Alcaraz, jugando con lo mejor de sus 'tres C', con sus dejadas, su potencia y su inteligencia, llevaba al serbio hasta el límite con un tenis imperial. No sabemos si el destino de ese niño murciano, que soñaba con parecerse a Rafael Nadal, estaba escrito. Si no era el caso, se ha encargado de escribirlo él mismo, ante uno de los grandes y en el mejor escenario posible.