La Hora Extra | En el tiempo de los monstruos, fantasmas para explicar nuestros miedos

Decía Antonio Gramsci, el gran pensador italiano que refundó el marxismo, que cuando un viejo mundo se muere, el nuevo tarda en aparecer. En ese intervalo temporal, añadía el pensador, es cuando en los claroscuro surgen los monstruos. La frase la citaba en referencia a su tiempo, ese que vio surgir el fascismo italiano. Los monstruos, los fantasmas aparecen en aquellos huecos que dejamos abiertos. Esta semana, en La Hora Extra, nos adentramos en esas grietas, donde la ficción y la realidad se mezclan y donde el terreno fantasmagórico nos sirve para alertar de peligros venideros y casi para nuestro psicoanálisis.

Las historias de fantasmas sin fantasmas o esos fantasmas reales que aparecen en el día a día ocupan una de las novelas más sugerentes de los últimos años. El madrileño Andrés Barba nos presenta El último día de la vida anterior, novela editada en Anagrama. En ella, una empleada de una inmobiliaria se dispone a vender una casa. Al revisar la vivienda para atender a los clientes se encuentra en una silla de la cocina con un niño de unos siete años, salido de quién sabe dónde y de aspecto embobado. Ese extraño encuentro trastoca la vida y el pensamiento de esta mujer, que creía tenerlo todo claro y atado. ¿Es un fantasma ese niño? ¿Es real? ¿Por qué no da miedo?

"En la pandemia todos hemos vivido una historia de fantasmas", explica el escritor afincado desde hace seis años en Argentina. "Curiosamente, nuestra vida se ha vuelto también bastante espectral. Nosotros hemos vivido una novela de fantasmas. Todos encerrados hemos sido el fantasma de nuestra propia casa, nuestra propia vida real. Parecía una vida espectral y menos creíble. En ese sentido, esa es la manera más correcta de manifestar una un trauma que ha sido literalmente un trauma colectivo. Era precisamente una novela de género", explica Barba.

Andrés Barba escribe influido por Borges, pero también por Henry James. Y de ese autor tiene algo la última propuesta del cineasta Xavier Dolan. El canadiense ha firmado una de las series de la temporada, La noche que Logan despertó, que pueden ver en Filmin. Una mezcla de melodrama y thriller alrededor de esta historia familiar con traumas, delitos de odio y el peso del machismo. Dolan se sumerge en una historia contada en dos tiempos con banda sonora de Hans Zimmer y con su estilo visual y narrativo. En esta nueva experiencia audiovisual, el director, que también escribe e interpreta, vuelve a demostrar su dominio por la estética costumbrista, los ambientes cargados y el refugio en la década de los 90. “La familia es la vida; yo trato de apegarme a lo que sé y lo que me fascina es la dinámica de la familia”, dice el director.

La cultura ha demostrado una semana más que sigue de cerca la actualidad política. Las mujeres artistas han pedido a los partidos políticos que no deshagan todo el camino recorrido para favorecer la igualdad en el sector. Eso en la semana en la que se han firmado varios manifiestos en favor de la cultura. Y mientras el el teatro sigue mirando con sus propuestas a la realidad social y política en la que estamos metidos. El Festival de Aviñón mantiene ese espíritu realista de acercarse a lo cotidiano, al teatro documental y social con una apuesta muy política en esta edición que se celebra estos días y que supone la primera bajo la dirección del portugués Tiago Rodriges, uno de los grandes del teatro europeo. El Festival comenzó con Welfare, una puesta en escena de la francesa Julie Deliquet, en el escenario más prestigioso de Aviñón, el Palacio de los Festivales. La obra es la adaptación al teatro de un documental para el cine del mismo nombre, del gran documentalista estadounidense Frederick Wiseman. En Welfare se narra un día en la vida de 15 personas: indigentes, apátridas, trabajadores, madres solteras hacen fila en un centro de ayuda social.

También hay teatro político, incisivo y rompedor en el Festival Grec. El ejemplo es el de Juana Dolores, la última estrella mediática de la poesía, la filosofía y la televisión, que se hizo viral con su intervención en TV3 tras las elecciones autonómicas, gracias a un discurso antifascista. Ahora se sube a las tablas durante todo este mes de julio con Hit me if I am pretty, una obra que parte de El príncipe de Maquiavelo y de El príncipe moderno de Gramsci. En ella nos presenta a una princesa que vuelve al castillo para instaurar la soberanía nacional popular.

Juana Dolores quiere proclamar el Estado femenino, nacional y popular, militar y soberano. Su cuerpo y su voz le sirven de espada y escudo, y en sus banderas ondean la belleza y la violencia. "Soy escritora y hay una poética que he trabajado en los textos que va acompañado del videoarte", explica la actriz que dice haber estado influida por María Antonieta de Sofia Coppola. "He configurado un manifiesto feminista y comunista, que reivindica que no puede ser que la princesa Leonor sea más guapa que la ministra de Cultura catalana", bromeaba en la rueda de prensa Juana Dolores con un punto de sarcasmo e ironía que marca esta obra. Por cierto, que en el Grec se puede ver también la adaptación teatral de El día del Watutsi, la novela de Francisco Casavella, interpretada por Bruna Cusí, Àlex Moner y Enric Auquer. Es la primera adaptación de esta novela de culto que retrató la historia de la ciudad entre los años 70 y 90 del siglo XX.

That time fue una obra que firmó el poeta y dramaturgo Samuel Beckett, en ella dividía la acción en tres voces, pasado, presente y futuro o vejez, madurez y juventud. En esta división se ha basado la primera exposición conjunta entre el Museo Bellas Artes de Bilbao y la Tabacalera de San Sebastián, unir obras de distintos artistas mezclando pasado y futuro, juventud y madurez. El resultado es un relato sobre el arte y la memoria. Nada más entrar el visitante se encuentra con once bustos escultóricos de diversas épocas y autores como Francisco Durrio o Josep Clará que conviven en este espacio con la obra sonora 'Pausa pulsar' creada por la artista Ainara LeGardon para Tabakalera. Una composición vocal que se escucha en la sala a través de altavoces de diversos tamaños y épocas a modo de "voz sin cuerpos" contrapuestos a los "cuerpos sin voz", según ha explicado la propia artista.

Hay obras de Vicente Ameztoy, Ibon Aranberri, Bonifacio, Marta Cárdenas, Juan Luis Goenaga, Susana Talayero o Cy Twombly, que recrean un pasado que conversa con un presente con obras de, entre otros, Joan Pié o Elena Asins. Esta sala también plantea "enigmas de un presente secularizado" a través de obras como 'Figura tumbada en espejo' de Francis Bacon combinadas con esculturas medievales como un 'San Juan al pie de la cruz' anónimo español del siglo XIX o la pintura de altar 'San Francisco en oración' del Greco.