El toque manual de las campanas o el silbo gomero, sonidos españoles que forman parte del Patrimonio Cultural de la Humanidad
Jerónimo Vida, profesor de Física Aplicada en la Universidad de Granada e investigador en acústica urbana, explica para ‘La Ventana’ su proyecto en ecología acústica

El toque manual de las campanas o el silbo gomero, sonidos españoles que forman parte del Patrimonio Cultural de la Humanidad
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Como cada 18 de julio, hoy se celebra el Día Mundial de la Escucha, una efeméride que coincide con el nacimiento del compositor Raymond Murray Schafer. Este canadiense hizo grandes contribuciones a la pedagogía, especialmente en su ámbito musical, ya que desarrolló lo que actualmente conocemos como la ecología acústica. Esta disciplina estudia la relación entre los seres vivos y los sonidos existentes en su entorno.
España ocupa buena parte del listado del Patrimonio Cultural de la Humanidad debido a sus fiestas y tradiciones, como las Fallas, los patios de Córdoba, los castells o, incluso, la dieta mediterránea. Sin embargo, también poseemos un gran patrimonio acústico que, en ocasiones, puede pasar inadvertido.
Entre estos sonidos encontramos algunos tan característicos como el silbo gomero, un silbado originario de Canarias que se usa para comunicarse a kilómetros de distancia a través de los barrancos y los valles. Estuvo al borde la extinción, pero ha logrado salvarse al imponerse como asignatura obligatoria en las escuelas gomeras. También se hallan en esta lista el toque manual de las campanas, el canto de los ruiseñores en la noche, el ajetreo de los bares o el flamenco.
Nuestro propio medio ambiente sonoro
Jerónimo Vida es profesor de Física Aplicada en la Universidad de Granada e investigador en acústica urbana y ha visitado 'La Ventana' para arrojar más luz sobre este tipo de patrimonio. El plan nacional de investigación para estudiar el paisaje sonoro en conjuntos de patrimonio histórico ha seleccionado su proyecto para documentar la acústica de Granada, con La Alhambra, el Palacio de Carlos V o el Corral del Carbón.
"Llevo trabajando en acústica más de 20 años y siempre luchando contra el decibelio, el ruido. Pero hace unos años nos dimos cuenta de que esto era parte de la historia. Era como tener una ventana a medio abrir. Faltaba ver cómo la ciudadanía cómo interpreta el clima acústico que le rodea", ha explicado para 'La Ventana'.
Un rediseño acústico de las ciudades
"Muchas veces las personas necesitamos que no haya tantos decibelios, pero también ocurre que hay veces en la ciudad que no hay manera de bajarlos. Cuando la cuarentena, nos encontramos una ciudad sin gente. O llegas a esa situación drástica o no se pueden combatir los decibelios", aclara, y es ahí donde entra en juego el papel de estos investigadores: "vamos a tratar de diseñar la ciudad introduciendo los elementos que generan paisajes sonoros, sonidos que a las personas les agraden". De ahí la importancia de conocer la interpretación de las personas a los sonidos.
Sin embargo, reconoce que no son muchos los ayuntamientos interesados en estos proyectos: "Nosotros tenemos solamente el ejemplo de país de Gales. En su plan de acción contra el ruido tiene incluidas medidas de soundscape (paisajes sonoros). Para nosotros es la referencia y el objetivo a satisfacer en todos los municipios".




