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Margot Robbie: "Barbie' tiene un mensaje de empoderamiento para cualquier mujer"

La actriz protagoniza y produce 'Barbie', una sátira contra los roles de género con Ryan Gosling como Ken y con Greta Gerwig en la dirección

'Barbie' | Entrevista a Margot Robbie y Ryan Gosling

Londres

Margot Robbie supo desde el principio que quería a Greta Gerwig para levantar uno de los proyectos de su nueva productora: Barbie. Tras negociar con Mattel, la empresa de juguetes que revolucionó el mundo del juguete y del marketing, se puso manos a la obra. “Hace cinco años nos sentamos con el CEO de Mattel en la vida real, la versión de Will Ferrell en la película, y salió una propuesta con nuestra productora para hacer una película de Barbie. Yo más o menos sabía que quería a Greta Gerwig al frente y a Noah Baumbach, su compañero creativo y de vida. Escribieron un guion increíble y luego fuimos a Warner Bross y empezamos a traer a este extraordinario grupo de cineastas, actores y bailarines”, explica la actriz en una entrevista con la Cadena SER en Londres.

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La única condición que puso la directora de Mujercitas y Lady Bird es que tenía que firmar también el guion junto con su compañero Noah Baumbach. La pareja apostó por el humor y por el punto de vista feminista para llevar a la gran pantalla a la muñeca rubia, emblema de América casi tanto como la Coca Cola, y un icono que genera pasiones y odios a partes iguales, algo que tenían muy claro los creadores. “Cuando Noah Baumbach y yo escribíamos el guion, descubrimos que era complicado, que no podíamos pasar cosas por alto. Es una especie de heroína y villana a partes iguales, según cómo la mires. Y eso me pareció muy dinámico e interesante, y una forma de ver cosas diferentes en las que queríamos profundizar”, dice la directora que ha creado una especie de mundo paralelo, el de la realidad y el de los juguetes. El de la imperfección y el de lo perfecto.

Barbiland es la tierra rosa y de colores pastel donde viven las Barbies. Son diversas, listas, guapas, dominan el mundo, dirigen el país, lideran la carrera espacial, presiden la judicatura, son cirujanas... Y luego está Margot Robbie, la Barbie estereotipo, la rubia perfecta, la que se asemeja al modelo inicial que creó en 1959 Ruth Handler, una mujer harta de que las niñas solo pudieran jugar a mamás y a papás con muñecas que emulaban a los bebés. Así alumbró una nueva muñeca coincidiendo con la segunda ola del feminismo. Y en ese universo, los Ken, es decir, los hombres, son solo un accesorio, el objeto de Barbie, un adorno, como las mujeres lo han sido en casi toda la historia de los hombres. “Ken es como ese accesorio olvidado de Barbie que a nadie le importa. Sentí que ahí había una historia fascinante. Indagamos en la iconografía de las muñecas y nos permitió hablar y jugar con casas que son más grandes que las propias muñecas”, añade Gerwig.

En ese mundo invertido, donde las mujeres están arriba y los hombres, abajo, la directora incluye los puntos de humor, donde sus protagonistas, Margot Robbie y Ryan Gosling, se enfrentan por conseguir dominar Barbiland. “Lo divertido era crear ese mundo de espejos, donde uno está arriba y el otro está abajo y hacerlo de manera divertida. Eso permite que las estructuras se deformen y todo se invierta”, dice Gerwig. Es ahí donde el filme refleja el machismo en el mundo actual y desnuda al patriarcado, ese paraíso que los Ken pretenden aplicar una vez han visto que funciona en el mundo real. “Lo que me gusta de esta película es que no se puede meter en una caja. Tiene muchas capas y hay muchos debates en torno a ella, no quería centrarme en uno en particular. Para mí es una especie de, elige tu propia aventura, y hay muchas formas diferentes de experimentarla para los espectadores”, responde Ryan Gosling sobre si los chicos y chicas de hoy necesitan ver que Barbie puede ser también un icono feminista.

Margot Robbie, sin embargo, lo tiene claro. "Sí, creo que lo necesitan. Hay muchos personajes diferentes que emprenden su propio viaje en esta película, y lo hacen juntos, pero también están llegando a este punto de autorrealización y aceptación. Es un mensaje de empoderamiento para cualquier persona, ya sea joven o vieja”, defiende la actriz, que ha tenido que pelear para que la película mantenga todos los elementos que marcaba el guion inicial. Barbie habla de representación, de falta de paridad, de desigualdad entre hombres y mujeres. También de esa idea de perfección que genera angustias y frustraciones en hombres, pero sobre todo, en mujeres. Eso representa Barbie, pero eso también es lo que supone el propio Hollywood.

“Siempre he pensado que esto tenía que ver con Hollywood de alguna manera”, reconoce la directora que cita una de las escenas como ejemplo. Cuando Will Ferrell, directivo de Mattel, quiere meter a Barbie en una caja de cartón gigante. “Esa escena tiene varios niveles, por un lado está hablando de Barbie, pero está Margot Robbie, que es una actriz de Hollywood y tiene todas las presiones que eso conlleva. Y está esa idea de que la propia corporación, Mattel, quiere meterla en una caja, que es más o menos por lo que tienes que pasar, navegar y luchar en la industria, eso me pareció que tenía relación con Hollywood”, añade. Issa Rae, otra de las actrices del filme, que interpreta a una Barbie negra y presidenta de Barbiland, cree que la comparación con Hollywood tiene mucho de lucha personal. “Cuando me enfrenté al papel, tenía mis propios estándares de belleza y me preguntaba si era lo suficientemente digna como para interpretar a una Barbie. Y Greta inmediatamente disipó todas esas dudas cuando entré al set y vi la variedad de mujeres que podían ser Barbie. Fue muy inspirador y me tranquilizó. La película aborda de manera brillante los estándares de belleza de las mujeres y las expectativas sociales a través de Barbie y, a través de esa crisis existencial por la que pasa el personaje”, explica.

La película intenta dar espacio a todo tipo de cuerpos y procedencias. Junto a Issa Rae está también el actor de origen asiático Simu Liu, que cree que puede empezar a ser un juguete para muchos niños. "Me han preguntado mucho si he jugado con Barbie y la respuesta es no. Siento que crecí en una época y en una sociedad en las que las reglas de con qué se permitía jugar a los niños y con qué se permitía jugar a las niñas e incluso los colores que teníamos que usar, estaban muy relacionadas con el género. Espero que haya algún tipo de mensaje para los niños que crecen de que pueden usar lo que quieran y ponerse y expresarse como quieran”, cuenta de un objeto pop del que muchos colectivos se han reapropiado, como el colectivo LGTBIQ+.

Frente a esa lectura, están también aquellos que odian a Barbie por lo que supone: una representación del American Way of Life, del consumismo y de la idea de meritocracia. Tras un Me Too, un Black Lives Matter y una crisis climática, esta muñeca y lo que significa en términos geopolíticos, echa para atrás a muchas chicas jóvenes hoy en día. Ese rechazo de las nuevas generaciones hacia una muñeca que se ha quedado anticuada aparece también en la historia. America Ferrera encarna a esas mujeres que no se sienten representadas por Barbie en una historia de madres e hijas, algo que Greta Gerwig ya trató en su ópera prima, Lady Bird. “Me interesan las mujeres, no solo madres e hijas, todas. Creo que la relación de madres e hijas es una de las formas de hablar del choque de generaciones entre mujeres. Cómo se pasa de una a otra. Han cambiado mucho las cosas para las mujeres en los últimos 100 años y para mí, una mujer de 90 años que habla con una de veinte supone una conversación fascinante. Lo que quiero es seguir escuchando a las mujeres hablar a lo largo del tiempo”, concluye.

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Pepa Blanes

Es jefa de Cultura de la Cadena SER. Licenciada...