El riesgo de incendio en verano amenaza cientos de miles de hectáreas en España

El año pasado fue el peor en materia de incendios forestales en todo lo que llevamos de siglo en España, alrededor de 310.000 hectáreas quemadas. Según datos del Sistema Europeo de Información sobre Incendios Forestales, cuatro de cada diez hectáreas calcinadas en la Unión Europea estaban en nuestro país.

Estas terribles cifras se entienden mejor si nos imaginamos su superficie, ya que estos cientos de miles de hectáreas incendiadas equivalen a la suma de la provincia de Álava y las islas de Tenerife, La Gomera, El Hierro y la Palma. Así, cuatro de los diez peores incendios en lo que va de siglo XXI corresponden al año 2022. El primero de ellos es el de julio en Tábara, Zamora.

La situación no es solo crítica en España, ya que los incendios forestales amenazan a varios países dentro y fuera de Europa. Los incendios de Canadá han arrasado ya con más de 10 millones de hectáreas, el equivalente a la superficie de Islandia. Por su parte, Grecia se encuentra al borde de una emergencia nacional por tres fuegos descontrolados que ya se asoman a las puertas de Atenas.

Cómo caminan las llamas

Adrián Cardil es de Binéfar (Huesca) y el año pasado recibió el premio a mejor investigador en incendios forestales de la mano de la Asociación Internacional de Incendios Forestales en Pasadena, California (EEUU). Es también doctor en Ingeniería de Montes y profesor en la Universidad de Lleida y hoy ha visitado 'La Ventana' para explicarnos "cómo caminan las llamas".

El investigador tiene claro lo necesario para combatir este tipo emergencias: "todos somos necesarios. Desde la parte científica, académica, industrial, así como los medios de extinción que al final son los que se enfrentan a las llamas días tras días". Con ese trabajo previo realizado, se puede prever cómo va a comportarse un fuego en un determinado paisaje. "Desde la ciencia sabemos que hay variables como la topografía, el tipo de vegetación que tenemos en nuestros montes o la meteorología, con las que podemos predecir cómo va a comportarse el fuego. Es decir, qué velocidad va a tener el incendio, qué intensidad, si el incendio está dentro o fuera de capacidad de extinción para nuestros recursos, el tiempo de llegada a cada punto del paisaje...".

El modus operandi del fuego

Este tipo de macro incendios es, realmente, un pequeño porcentaje del total. Lo que ocurre es que alcanzan una gran intensidad y se producen en unas condiciones atmosféricas determinadas de inestabilidad. Cuando se da este tipo de fuego, este genera su propio ambiente de fuego a su alrededor: "Cambia el campo de viento y genera una aceleración en el comportamiento de fuego. Hace que tenga mucha más velocidad y mucha más intensidad, de manera que el dispositivo de extinción pueda verse sobrepasado", ha aclarado el experto.

Pese al riesgo que suponen cada verano los incendios, Adrián Cardil lamenta que las políticas forestales a veces son insuficientes: "Es importante reconocer que nuestros dispositivos hacen un trabajo fenomenal, pero no son héroes y llegan unas circunstancias que nuestras capacidades de extinción no superan el incendio que tenemos en el paisaje".