La playa en la que hay que esperar horas para poder entrar: "Llevo yendo 50 años y ahora es imposible bajar"

Con la llegada del verano la gente se prepara para las esperadas vacaciones. Unos meses donde el turismo aumenta notablemente, aunque muchas veces nos olvidamos de que esta práctica debe ser sostiene y responsable. Son muchas las zonas de montaña, playa o pueblos que ven triplicada la afluencia de turistas durante la temporada estival. En muchas ocasiones este turismo se olvida de minimizar el impacto sobre el medio ambiente. Esta escena es la que se puede ver estos días en Mallorca en Es Caló d'es Moro , situado en el municipio de Santanyí, donde sus visitantes se encuentran con largas colas de varias horas para poder llegar hasta la playa.

Una cala masificada en la que diariamente acuden aproximadamente 3.000 personas durante los meses de julio y agosto. Se encuentra a 56 kilómetros de Palma y se puede acceder en coche.

"Hace varios veranos que he desistido"

Pilar Tous, vecina de Santanyí, ha visitado 'La Ventana' para explicar cuál es la situación diaria que se vive en Es Caló d'es Moro.

Según la vecina, la playa es muy pequeña, con un espacio muy reducido donde la afluencia de gente es superior a su capacidad. "Tienes que esperar a que alguien se vaya para poder entrar. La gente lo que busca es hacerse una foto".

Pilar, a sus 63 años, no puede disfrutar de la cala donde se ha bañado desde que era pequeña. "Hace varios veranos que he desistido. No voy a hacer cola para ir a una cala para que yo he disfrutado desde hace cincuenta años. Ahora es imposible bajar", ha comentado Tous.

Se trata de una playa muy aclamada en las redes sociales. Gran parte de sus visitantes acuden a la cala para poder publicar una fotografía en sus perfiles como prueba de su visita. "Supongo que después de hacerse casi sesenta kilómetros y hacer cola para aparcar quieren una foto. Satisfechos o no, no tengo capacidad para saberlo", ha explicado.

"El ayuntamiento dice que hace lo que puede"

El ayuntamiento de Santanyí ha llevado a cabo varias medidas para intentar controlar la situación. "Ha pintado rayas amarillas para que no se pueda aparcar en algunas zonas, pero creo a la gente le da igual y siguen aparcando. Las calles son muy pequeñas y como aparcan los coches donde quieres a veces no puedes llegar ni a tu casa, porque están bloqueando. El ayuntamiento dice que hace lo que puede, pero somos nosotros somos quienes padecemos una enfermedad muy grave, la saturación", ha explicado la vecina de Santanyí.

Un escenario que se lleva desarrollando desde hace varios años durante los meses de verano. "Desde la pandemia ha sido un desastre total y absolutos. Desde entonces los locales ya no vamos a esta cala. Los autóctonos estamos arrinconados contra la pared de nuestra casa para dejar pasar a los turistas. Incluso si llamas la atención para que no aparquen en tu casa, te expones a que te insulten, no vale la pena", ha informado.

Atlas