El PP ha ganado las elecciones generales del 23J, pero se ha quedado lejos de los resultados que el grueso de las encuestas pronosticaban, y la suma con los asientos obtenidos por Vox no alcanza los 176 diputados que les permitirían gobernar con mayoría absoluta. La suma del bloque progresista tampoco da para gobernar por sí misma, por lo que España queda abocada a un escenario de difícil gobernabilidad. Con el 100% de los votos escrutados, las urnas arrojan una victoria del PP, que conseguiría 136 escaños, al seducir al 33,05% del electorado. Por su parte, el PSOE, que iba en cabeza en las primeras fases del recuento, obtendría 122 (31,70%). Vox sería tercera fuerza, al hacerse con 33 escaños (12,39%); seguido muy de cerca por Sumar, que tendría 31 escaños (12,31% de los votos). La noticia de la noche es que la suma del bloque de la derecha no sería suficiente para gobernar por sí misma. Otros siete partidos tendrán representación en el Congreso. ERC obtendría siete parlamentarios, con un 1,89% del voto; los mismos que Junts, en este caso con el 1,60% de apoyos. EH Bildu, con un 1,36% de los votos, se haría con seis; y el PNV (1,12%) tendría cinco. El BNG (0,62%), Coalición Canaria (0,46%) y UPN (0,21%) obtendrían un escaño cada uno. Teruel existe quedaría fuera de la Cámara Baja. En resumen, estos son los resultados de cada partido: En cuanto al Senado, el PP sería el gran dominador, al sumar 120 de los 208 senadores que conforman la Cámara Alta, lo que supone mayoría absoluta. El PSOE perdería 21, pasando de los 93 logrados en 2019 a los 72 de 2023. Por su parte, la coalición Izquierdas por la Independencia (formada por ERC y EH Bildu) lograría siete asientos, mientras que el PNV se haría con cuatro, cinco menos que en 2019. Junts, Agrupación Socialista Gomera, Agrupación Herreña Independiente, PSOE-Sumar Eivissa y UPN conseguirían uno cada uno. El dato definitivo de participación se ha situado en el 70,15%, lo que supone casi cuatro puntos más que en noviembre de 2019. Este porcentaje refrenda la tendencia del primer avance —que reflejaba un incremento similar— y no la del segundo, ya que por la tarde la asistencia a las urnas había caído casi cuatro puntos. El voto por correo ha batido un récord en estos comicios, al superar los 2.470.000 participantes por esta vía. El apretado resultado electoral aboca a España a un escenario de difícil gobernabilidad. La suma del bloque de la derecha se queda en 170 diputados si se suma a PP, Vox y UPN. Teniendo en cuenta que la mayoría absoluta se sitúa en los 176 escaños, haría falta recabar algún apoyo más para llegar a La Moncloa. Como mínimo, la abstención de Junts y el voto a favor de Coalición Canaria o el PNV; o bien la abstención de Junts y el PNV. Por su parte, PSOE y Sumar tendrían 153 escaños que, sumados a los de ERC, EH Bildu, PNV y BNG darían un total de 172. Esta suma tampoco es suficiente para garantizar un Gobierno progresista. Para ello, Pedro Sánchez y Yolanda Díaz deberían granjearse la abstención de Junts. Como ahora, en 2019 también fue necesario llegar a acuerdos para formar gobierno. En los comicios del 28 de abril de 2019 el PSOE se impuso con 123 escaños (28,68% de los votos), mientras que el PP —por entonces liderado por Pablo Casado— consiguió 66 (16,70%). Ciudadanos fue tercera fuerza, al hacerse con 57 diputados (15,86%); por delante de Unidas Podemos, que se hizo con 42 (14,31%). Vox entró por primera vez en el Congreso, al hacerse con 24 escaños (10,26% de los votos). Después de dos rondas de investidura fallidas, en las que Pedro Sánchez no fue capaz de conseguir los apoyos suficientes para gobernar, las Cortes se disolvieron y se convocaron nuevas elecciones generales para el 10 de noviembre del mismo año. En la repetición electoral, la participación cayó cinco puntos y medio y el PSOE volvió a ganar, pero perdió tres diputados, al pasar de 123 a 120 (28,25% de los votos). Por su parte, el PP creció hasta los 89 escaños (20,99%), mientras que Vox se convirtió en tercera fuerza, al hacerse con 52 asientos (15,21%); y Unidas Podemos cayó hasta los 35 (12,97%). Ciudadanos se hundió. De los 57 diputados que obtuvo en abril, en noviembre sólo consiguió retener 10 (6,86% de los votos). Esta vez sí que hubo acuerdo en la izquierda. PSOE y Unidas Podemos firmaron un preacuerdo programático para conformar un Gobierno de coalición progresista. Para ser investido en primera ronda, Pedro Sánchez necesitaba una mayoría absoluta (176 votos a favor), algo que no tenía en su mano, puesto que a los 120 votos favorables del PSOE solamente se sumaban los 35 de Unidas Podemos, los seis del PNV, los dos de Más País, el de Nueva Canarias, el del BNG, el de Compromís y el de Teruel Existe. En segunda vuelta Sánchez sólo necesitaba una mayoría simple; es decir, más síes que noes. Con los mismos apoyos que en su primer intento, logró 167 votos, suficientes para que fuera investido presidente.