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Israel aprueba la ley que restringe los poderes del Tribunal Supremo, con la oposición y los ciudadanos en contra

En Israel no existe constitución como tal, sino que se rigen por una serie de reglas y normas que pasan de un gobierno a otro. Es el tribunal supremo el que fiscaliza las acciones de esos gobiernos. Si hay algo que no es correcto, ellos podían tumbar la ley que previamente haya sido aprobada por el Parlamento

El ministro Israelí de Seguridad Nacional Itamar Ben Gvir, habla con el primer ministro, Benjamín Netanyahu, durante la sesión de voto en el Parlamento. / ABIR SULTAN (EFE)

Madrid

El proyecto de ley estándar de razonabilidad se ha convertido oficialmente en ley este lunes, marcando el primer proyecto de ley en la controvertida reforma judicial del gobierno en aprobarse después de seis meses de intenso debate público y negociaciones sobre un posible compromiso que duró hasta el último minuto. La oposición ha boicoteado la votación y el resultado final ha sido de 64-0. Todos los miembros de la coalición ultra del gobierno de Benjamín Netanyahu han votado a favor del proyecto de ley.

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Así pues, a partir de este lunes, tras ese voto en el Parlamento Israelí en el que se ha ausentado buena parte de la oposición, y con solo 64 votos a favor de un hemiciclo que tiene más de 170 escaños, se ha aprobado una ley que deroga otra anterior que daba al Tribunal Supremo, poderes para fiscalizar y revisar las acciones del gobierno. El Tribunal Supremo no podrá anular las decisiones del gobierno de Israel que considere irrazonables.

Hemos visto al presidente israelí Isaac Herzog, que normalmente es una figura que no interfiere en los asuntos cotidianos de la política, y solo lo hace cuando la situación ha escalado hasta el punto de ebullición, pedir un cambio legislativo, una negociación un consenso y evitar que esto siguiera subiendo hasta convertirse en una verdadera guerra civil. Este cambio en la ley, la planteó la coalición ultraderechista que gobierna con Netanyahu, el primer ministro que por cierto salió del hospital donde estaba ingresado para instalarle un marcapasos, para poder asistir a la votación en el Parlamento, debilita significativamente el poder judicial en Israel.

Le quita a la Corte Suprema, una buena parte de su poder e independencia, sustrayendo un control importante sobre lo que el gobierno israelí puede hacer. Porque en Israel no hay una constitución escrita, sino unas leyes que han pasado de gobierno en gobierno desde la creación del estado. Esas leyes aprobadas en parlamento, solo tenían un auditor, el Tribunal Supremo, que ahora es despojado de sus poderes. Y en casos como el gobierno actual de Netanyahu, en coalición con seis partidos, la mayoría ultraconservadores, y con mayoría parlamentaria, no tienen ningún censor a sus proyectos de ley o decretos leyes.

Protestas masivas en la calle

Este proyecto del gobierno de coalición de Netanyahu, ha sacado a las calles del país desde hace ocho meses a miles de ciudadanos que consideran una aberración esta decisión, y que han mantenido unas protestas en el tiempo como no se habían visto en la historia de Israel.

El lunes por la mañana, los manifestantes que bloqueaban un bulevar frente a la Knesset fueron rociados con cañones de agua y sacados de la carretera por la policía en medio de una cacofonía de ruido de tambores, silbatos y bocinas de aire.

Un manifestante resultó herido, dicen los medios locales, y seis fueron arrestados, dijo la policía. Otros manifestantes rodearon una camioneta de la policía gritando "vergüenza" a los oficiales.

Victoria García

En la SER, desde hace casi tres décadas, con...