El arte de perder, según Feijóo
Y Feijóo no supo si tenía que olvidar al contrabandista o al narcotraficante
El arte de perder, según Feijóo
Madrid
El arte de perder se domina fácilmente; tantas cosas parecen decididas a extraviarse que su pérdida no es ningún desastre, escribió la poeta Elizabeth Bishop. Y Feijóo debe de recitar sus versos como un mantra.
Pierde algo cada día, dicta el poema. Podría perder una ciudad tan grande como Madrid, pensaría el recién llegado. Acepta la angustia de las horas derrochadas en vano, escribió Bishop. Y Feijóo no supo si tenía que olvidar al contrabandista o al narcotraficante. Después entrénate en perder más lejos, insistía la poeta, en perder más rápido: los sitios a los que pensabas viajar. El debate al que debí asistir, tradujo sobre la marcha el aspirante Feijóo.
Ninguna de esas pérdidas ocasionará el desastre, prometía el poema. Pero la noche de su victoria, el líder del PP se asomó al balcón de Génova y sus votantes corearon: “Ayusoooo”. No me arrepiento de exigirme ganar por mucho frente a los partidos que se conforman con perder por menos, ha declamado en su primera comparecencia. Pero está claro que ha perdido el pulso poético: Feijóo creyó combatir en una pelea de gallos y abusó de la rima fácil, la improvisación y el insulto. El arte de perder se domina fácilmente.
Y ha sido tan aplicado el rimador Feijóo que no solo se ha perdido su victoria sino también sus esperanzas. Porque hoy ya no puede esperar ser presidente, solo soñar con serlo. “España necesita moderación y entendimiento en el gobierno, necesita no depender de minorías radicales”, ha dicho a los españoles. Como si él mismo hubiera perdido su único apoyo, la minoría radical a la que ha vivido abrazado los últimos meses. El arte de perder se domina fácilmente. Y a Feijóo le gusta tanto la palabra fácil, que al final lo consiguió.