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La UNESCO alerta de la falta de evidencia sobre el uso de la tecnología en la educación

En un informe pide regular su uso para evitar que aumenten la desigualdad y la brecha de aprendizaje

Una clase de la Universidade da Coruña

Madrid

La Unesco, la agencia de la ONU para la educación y la cultura, alerta de la importancia de regular el uso de la tecnología en la educación para garantizar que no sustituya a la enseñanza presencial ni aumente la desigualdad. Lo hace en un informe publicado este miércoles con el título "Tecnología en la educación: ¿Una herramienta en manos de quién?".

El documento analiza la experiencia en el uso de la tecnología en los sistemas educativos de distintos países y también los resultados de otros estudios sobre el tema. Una de sus conclusiones es que falta evidencia sobre si realmente mejoran la educación. Se señala por ejemplo que los productos de tecnología educativa - plataformas, programas o aplicaciones - cambian tan rápido - cada 36 meses aproximadamente - que es imposible evaluarlos. Además muchas veces son las propias empresas que intentan vender esta tecnología las que haces sus propias evaluaciones , no son independientes por tanto, y no está claro si lo que se está utilizando en las aulas está realmente ayudando a los alumnos y a los profesores.

La agencia de la ONU incide en que el objetivo fundamental es que la tecnología ayude a mejorar el aprendizaje y que hay que regular su uso para que No sean contraproducentes o aumenten la desigualdad. Pone como ejemplo el caso de Perú donde se repartieron un millón de ordenadores portátiles y no sirvió de nada porque no se les dio aplicación pedagógica. También destaca que las clases on-line no deben sustituir a las presenciales porque eso amplia la brecha de aprendizaje entre los alumnos más ricos y los pobres que tienen más dificultades para seguirlas.

El efecto de los móviles

Un 54% de los países - dice el informe- ha incorporado ya las competencias digitales en sus contenidos, en lo que se enseña en las aulas, pero la UNESCO advierte de que muchas veces esas competencias las han fijado actores externos incluso las propias empresas que tiene interés comerciales. También se recuerdan los datos del informe PISA que advertían de que un uso inapropiado de la tecnología perjudica el rendimiento de los estudiantes. En 14 países se ha concluido que tener un móvil cerca distrae a los estudiantes y tiene un efecto negativo sin embargo menos de una cuarta parte de esos países ha prohibido el móvil en las escuelas. En España sólo lo han hecho tres comunidades autónomas: Galicia, Castilla la Mancha y Madrid no permiten el uso de teléfonos u otros dispositivos fuera del proyecto educativo.

“Debemos aprender de nuestros errores pasados al utilizar la tecnología en la educación para no repetirlos en el futuro,” afirma Manos Antoninis, director del Informe. “Debemos enseñar a las y los niños a vivir tanto con la tecnología como sin ella; a tomar lo que necesiten de la abundancia de información, pero a ignorar lo que no es necesario; a dejar que la tecnología apoye, pero nunca suplante, las interacciones humanas en la enseñanza y el aprendizaje.”

Falta de formación de los profesores

El documento también señala que falta formación entre los profesores: los docentes - señala - suelen sentirse poco preparados y confiados a la hora de aplicar la tecnología en las aulas. Sólo la mitad de los países cuentan con normas - programas de formación- para que los profesores aprendan cómo utilizarlas. También se subraya la poca formación en ciber seguridad a pesar de que se estima que un 5% de los hackeos para secuestra los datos se dirigen contra el sector educativo...

La Unesco abre un melón interesante que es el de la privacidad. Señala que aunque los datos de los niños están expuestos, solo el 16% de los países garantizan explícitamente por ley la privacidad de los datos en el sector educativo." Según un análisis, el 89% de los 163 productos de tecnología educativa recomendados durante la pandemia podían vigilar a los niños", dice textualmente el informe. Y un dato más: 39 de los 42 gobiernos que ofrecieron educación en línea durante la pandemia fomentaron usos que ponían en riesgo o infringían los derechos de los alumnos.