Les puede la costumbre antisanchista

Madrid

La lectura de las columnas de la 'fachosfera' de estos días es un ejercicio que debe hacerse con piedad, sin hacer sangre, sin echar sal en las heridas. Columnistas que durante cinco años repitieron día sí y día también que lo que ellos llamaban el régimen sanchista era el peor gobierno de la historia del mundo mundial desde el de Nerón en Roma, el único capaz de cometer maldades sin fin y cuyo presidente era la reencarnación de todos los autócratas desde Calígula, van ahora por platós de televisión, estudios de radio y columnas de periódicos con los pantalones por los tobillos suplicando por favor una limosnita para el niño Feijóo, que no lo trajimos de Galicia para que ahora pene cuatro años en la oposición.

La campaña a favor de una gran coalición ya está en marcha y sería triste ver cómo se humillan grandes popes del periodismo patrio, si no fuera porque a uno se le escapa una sonrisa leyendo según qué cosas. Pedro García Cuartango, a quien se tiene por un conservador moderado, escribía la semana pasada que Sánchez es soberbio, arrogante, mentiroso, incapaz de la autocrítica y amigo del autobombo, despectivo y cruel y que todo eso se ve incluso en su forma de hablar y sus gestos. Ahora en sus columnas no hay insultos y sí una gran coalición para que ese ser abyecto que es Sánchez pacte con Feijóo una "regeneración ética de la política".

Pedro J- Ramírez, director de 'El Español' y a quien nunca se tuvo por moderado, pide abiertamente esa gran coalición y llega a proponer que Sánchez y Feijóo se repartan la presidencia del Gobierno y el Falcon, se entiende, dos años cada uno. Debe ser muy humillante para estos próceres de la patria proponer que el antiespaña personificado que según ellos es Sánchez, siga siendo presidente.

El editorial de 'El Mundo' pide que Feijóo ofrezca al PSOE un pacto que rompa con la dinámica de bloques enfrentados y no habla en ningún sitio de sanchismo. A la vez, Jorge Bustos, su subdirector editorial, difunde en Twitter artículos que dicen que la izquierda española es clientelista y sectaria, que repite discursos de odio y aplaude a Isabel Díaz Ayuso cuando esta rechaza esa gran coalición y pide cerrar filas y resistir. Bustos sabe que la línea editorial de su periódico es la de defender una gran coalición, pero le puede la costumbre. Servidor le aconseja la playa. El salitre pica, pero si pica es que está curando.