La sequía echa por tierra el último gran proyecto de Elon Musk en Europa
El magnate, dueño de Twitter y de Tesla, ha visto fracasar su plan de levantar una megafactoría de baterías en Alemania
Madrid
Este no está siendo uno de los mejores años para Elon Musk a nivel empresarial. Es ya uno más de los cientos de afectados que en los últimos años están sufriendo reveses de todo tipo en sus negocios como consecuencia de los efectos de la sequía.
El dueño de Tesla esperaba poder comenzar este año la construcción de un megaproyecto en Alemania, concretamente en la región Grünheide, pero al menos próximamente no va salir adelante. La naturaleza y el cambio climático han sido los principales escollos que esta vez no le han permitido salirse con la suya.
Sobre el papel Musk tenía previsto levantar una enorme fábrica de automóviles Tesla en este lugar cercano a Berlín, conocida por sufrir duramente las consecuencias de la sequía desde hace décadas, siendo cada vez mayores los problemas que genera en la zona. Cuando comenzó ya a ser cuestionado por ello hace dos años, se limitó a bromear: "No lo entiendo. Hay agua por todas partes. ¿Acaso te parece un desierto?".
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Concretamente, la imposibilidad para construir la factoría reside en que el proyecto preveía colocar los cimientos sobre unos terrenos que están catalogados como zonas de protección de aguas. Las autoridades alemanas ya han comunicado que esta circunstancia constituye una traba "insuperable" para que el proyecto se convierte en una realidad ya que la legislación alemana considera "inadmisible" el establecimiento de una fábrica de baterías para los coches de Tesla en un lugar que goza de tal protección especial. La decisión se ha tomado después de la repetida oposición que han trasladado desde Agencia de Medio Ambiente del Estado de Brandeburgo, que se negó desde el día uno, al gobierno alemán.
La confirmación de la noticia ha sido, por otro lado, una alivio para numerosas asociaciones de vecino y grupos ecologistas se movilizasen en contra del megaproyecto del billonario de origen sudafricano. Estos colectivos denunciaban el enorme consumo de agua que precisaría la edificación y el funcionamiento de una instalación industrial dedicada a estos productos en un lugar de Alemania donde la sequía tiene una grave presencia.
Su objetivo: doblar la producción anual
El fin que perseguía la innovadora empresa de Musk con esta nueva factoría era incrementar su producción de automóviles de 500.000 a un millón cada año, lo supondría el doble de lo que genera su capacidad productiva actual y, además, generaría numerosos empleos directos e indirectos en Alemania.
El impulso que desde la UE se está dando al mercado de los coches eléctricos como medida fundamental para recortar las emisiones de CO2 en el continente, fue visto por el propio empresario como una oportunidad empresarial que no podía dejar pasar por el bien de su bolsillo y del devenir de Tesla.
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Desde la automovilística no han considerado la decisión del Estado alemán un problema ni el fin de sus planes. Defienden que el agua que empleara para el proceso de producción "se recicla reconvirtiendo una planta ya aprobada para el tratamiento de aguas residuales". Argumentan, además, que la planta se levantaría en una parte de los terrenos que no están considerados área de protección de agua teniendo en cuenta "futuras ampliaciones". El portavoz de Tesla ha señalado también que están trabajando para presenta de nuevo el proyecto y la documentación con las precisas modificaciones.